jueves, 30 de mayo de 2013

Capítulo 82: Toda una vida por delante junto a ti

*Clara*
Por fin llegó el día de la boda, el ansiado y tan esperado 15 de julio. Una fecha que nos marcaría a todos...
Me desperté al notar un pinchazo en el estómago, de verdad que me gustaba poco aquella manera de despertar, pero era lo que me tocaba y no me quejaba porque lo que vendría más adelante sería algo bonito, solo esperaba que Carlos se lo tomara bien... Sí, aun no había conseguido decírselo pero es que cuando uní todo el valor para hablar con él, me salió con que tenía que hablar conmigo y me contó que Silvia había vuelto a tener contacto con ellos quería hablar con todos nosotros para pedirnos perdón. ¡Já! Eso no se lo creía ni ella. Ni loca le daba una oportunidad a la lagarta aquella, ese mote se lo copié a Jesús, no quise escucharla porque todo iba a ser una trampa, de eso estaba segura. No había sido mi amiga, pero conocía al tipo de gente como ella y no la quería cerca de nosotros y menos ahora con la espera de nuestro bebé.
Terminé de soltar la cena de la noche anterior, me lavé los dientes, la cara para intentar que volviera a tener algo de color, me peiné un poco y volví a la cama. Eran apenas las seis de la mañana, me quedaban dos horas de sueño y quise aprovecharlas un poco más junto a mi chico. Me quedé dormida en nada de tiempo.
No sé cuánto tiempo había pasado, pero noté unas caricias en mi brazo e instantáneamente sonreí. Abrí los ojos poco a poco y me encontré con unos color miel que me tenían enamoradita perdida.
-Buenos días-susurró con una pequeña sonrisa.
-Así sí que son buenos días-le devolví la sonrisa y me acurruqué en su pecho.
-Tu móvil no ha parado de sonar, creo que son las chicas-me dijo acariciándome el pelo.
-¿Ya? Jo, yo quería pasar algo más de tiempo contigo-puse un puchero.
-Conmigo puedes pasar todo el tiempo del mundo, pero creo que deberías comenzar a prepararte porque las novias estarán muy nerviosas-me dio un beso en la cabeza.
-¿Muy?-lo miré con las cejas alzadas-Yo creo que deben estar subiéndose por las paredes.
Reímos y me dio un pequeño beso, a lo que yo gruñí.
-¿No puedo darte un beso?-preguntó con cara de pena.
-No es eso, es que ya que ibas a robarme un beso, róbame uno de verdad, jo-me quejé.
Rió y me dio mi buen beso de los buenos días. Así sí. Nos levantamos y entré al baño. Cuando terminé de ducharme, desayuné junto a mi rubio, me lavé los dientes, me peiné y arreglé un poco, guardé lo que me pondría en una bolsa especial para que no se arrugara, preparé mis cosas y esperé al toque de Raquel y Ainhoa, quienes vendrían a por mí en el coche de la primera para ir a por Laura e Isa para prepararnos todas en el apartamento que compramos la enana y yo cuando nos vinimos a Madrid. ¡Qué recuerdos!
El toque no tardó en llegar, así que me despedí de Carlos, me monté en el coche y fuimos a por Laurita. Nos bajamos las tres y Raquel tocó el timbre.
-No abren, estos dos deben estar todavía durmiendo después de una noche movidita-bromeó Raquel y las tres reímos.
-Vuelve a tocar-le dijo Ainhoa, pero no sirvió de nada, ya que no abrían.
-Anda, déjame a mí-empecé a tocar el timbre como si no hubiera mañana hasta que nos abrió un adormilado Dani con cara de tonto, pobre-.¡Buenos días, venimos a raptar a tu novia!
-Buenos días, malas personas-nos miró con los ojos entrecerrados, bueno, más entrecerrados aún-.Laura se está duchando y más os vale no hacerle nada malo porque...
-Tranquilo, la tendrás entera a las doce y media en la iglesia-le dijo Raquel pasando dentro de la casa-.Por cierto, ¿a qué hora llegan tu suegro y María?
-Llegaron anoche, están en el hotel porque no quisieron quedarse aquí porque también venían los padres de Jesús y supongo que José pasará a por Laura al piso-respondió.
-Oye...-dijo de repente Ainhoa-¿Estás nervioso?
-Un poco-rió levemente.
-¿Tardará mucho?-se desesperó Raquel después de un rato.
-¡Laura, como no salgas ya entraré a por ti!-grité.
-Menudo genio-me dijo Dani-.Y si alguien tiene que entrar a por ella, seré yo.
-Sí, claro y entonces no salís ni para pasado mañana-le dije.
-Tranquilidad que ya estoy aquí-dijo Laura saliendo con algunas cosas por el pasillo y llegó hasta nosotros.
-¿Lo llevas todo?-le preguntó Dani abrazándola.
-Sí, eso creo-dijo pensativa-.No sé por qué, pero tengo la sensación de que me olvido de algo...
-Eso es por los nervios-le sonrió Ainhoa.
-No sé... He dado mil vueltas, lo he repasado todo muchas veces... Pero sigo con la sensación de que me olvido de algo-resopló.
-Tranquila, verás como no es nada-le dije para tranquilizarla y ella asintió suspirando.
-Bueno, nos tenemos que ir ya, que Isa estará esperándonos-dijo Raquel.
-Luego nos vemos-le dijo Lau a Dani.
-Ya quiero que llegue la hora para que seas mía para siempre, pequeña-la abrazó por la cintura y la pegó a él.
-Te amo-le sonrió mientras le pasaba los brazos por el cuello.
-Yo también-se besaron.
-Vale, ya sabemos que os queréis mucho, pero nosotras nos tenemos que ir ya-dije tirando de Laura-.Adiós pequeña-imité la voz de Dani-.Adiós cariño-imité la de Laura-.Adiós a todos.
Raquel y Ainhoa rieron mientras los novios me miraban mal. Le saqué la lengua al rubio y nos subimos al coche tras dejar las cosas de Lau en el maletero. Llegamos al piso de Isa y Blas, nos bajamos las cuatro y subimos. Tocamos el timbre, esta vez con moderación por la peque, y esperamos hasta que Isa nos abrió con la peque en brazos.
-Hola chicas-la saludamos con un beso en la mejilla a las dos.
-¡Chiqui!-se escuchó gritar a Blas.
-¿Qué pasa?-preguntó Laura señalando el piso de arriba.
-Chiqui no para quieto y Blas está un poco de los nervios-rió.
-¿Tú no estás nerviosa?-le preguntó Raquel.
-Sí, pero intento que no se me note por la peque-hizo una seña con la cabeza hacia su hija.
Escuchamos como Blas volvía a gritarle al perro y este bajó las escaleras a toda prisa con un zapato en la boca seguido por un Blas semi vestido. Al verlo no pudimos evitar reír.

-No tiene gracia-nos dijo medio picado.
-Ala... Hoy tenemos dos Dani's-me burlé.
-Oye, que como mi Dani ninguno-saltó Lau.
-Eso, no me vayas a comparar con él-dijo Blas y Laura le miró mal.
-Qué borde estás tú hoy, ¿no?-le dijo Ainhoa.
-¿Estoy borde?-preguntó mirándonos.
-No-ironizó Raquel.
-Jo, lo siento-se disculpó abrazando a Isa-.Son los nervios.
-Ei, esperad a esta noche por lo menos-exclamé al ver cómo se besaban.
-Vale, ya me voy-le quitó el zapato a Chiqui y cogió a Sara de los brazos de su mami-.Di adiós, cariño.
-Adiós-movió su manita en nuestra dirección con una sonrisa.
-¿Quién la va a vestir?-preguntó Laura.
-Mi madre va a venir a las diez-respondió Blas.
-Y seguramente venga con la mía, parece que se están haciendo amigas-añadió Isa.
-Bueno, vámonos que son las nueve, quedan tres horas y sois dos-dijo Raquel tirando de su hermana.
Reímos por las caras de los novios y nos fuimos. Al llegar al piso un montón de recuerdos nos inundaron: El día que vinimos Isa y yo a verlo antes de comprarlo, el día que vinimos con Laura a traer los muebles y alguna de nuestras cosas, el día de la sorpresa a los chicos, mi primer beso con Carlos... Muchas cosas hemos pasado en ese piso, por eso decidimos que Isa y Laura se prepararan allí para la boda
Esa boda sería para recordar y especial ya que no iba a ser una boda normal, sino una boda doble. Aun recuerdo cuando decidieron casarse los cuatro juntos...
*Flashback*
Estábamos todos reunidos en la casa de las afueras, después de que los chicos nos cantaran, cada una abrazando a su novio. Éramos felices con ellos y la pequeña Sara, que era la adoración de todos. De pronto, Dani y Laura llamaron nuestra atención.
-Chicos, Laura tiene algo que deciros-dijo Dani-.Venga Lau.
-¿Cómo?-lo miró sorprendida-¿Por qué yo?
-Porque has sido tú la que ha propuesto que se lo digamos-respondió él.
-Pero es de los dos y si no me vas a ayudar a decírselo, yo no digo nada-se hizo la indignada.
-Entonces no les decimos nada y listo-se encogió de hombros.
-Ei, ei, ei-dije mirándolos-.Ya que habéis empezado, terminad.
-Eso, no nos dejéis con la intriga-añadió Isa.
-Está bien-rió Dani pasándole un brazo por los hombros a Lau-.Nos ha dado envidia de Isa y Blas, así que nosotros...
-¡¿También vais a tener un bebé?!-le cortó Raquel abriendo mucho los ojos.
Rápidamente todos miramos a Laura.
-¡No! No es eso-dijo muy sonrojada-.Nosotros también nos vamos a casar.
-¿Enserio?-nos sorprendimos-¡Enhorabuena!-nos tiramos encima de ellos para abrazarlos y felicitarlos.
-¿Os imagináis que os casáis los cuatro a la vez en vez de escoger dos fechas para las bodas?-soltó de repente David.
-Estaría bien porque así no tendríamos que comprarnos dos vestidos-bromeó Ainhoa.
-No es mala idea, ¿no?-dijo Blas mirando a Isa, Dani y Lau.
-A mí me gusta-dijo Dani-.¿Y a vosotras?
-No, a mí no me gustaría-dijo Isa rotunda.
-A mí tampoco-dijo Laura igual de seria y después se miraron entre ellas bajo la atenta mirada de todos nosotros.
-¡NOS ENCANTARÍA!-gritaron a la vez y se abrazaron.
-Qué tontas sois-reímos tras el comentario de Raquel.
*Fin del flashback*
-Clara te has quedado pensativa-me dijo Ainhoa.
-Sí-sonreí-.Estaba recordando todos los momentos que pasamos aquí en el piso y luego todas juntas.
-Son muchos momentos desde que nos conocemos y después nos volvimos a unir-dijo Raquel.
-Y siempre juntas-añadió Ainhoa.
-Lo he dicho, lo vuelvo a decir y siempre lo diré-dijo Laura-.Vosotras sois mis hermanas.
-Siempre estaremos así, unidas como las hermanas que somos. Digan lo que digan-determinó Isa-.Una para todas y todas para una.
-¡Amén!-exclamamos y reímos.
-Os quiero mucho, chicas y agradezco haberme querido independizar y venirme a vivir aquí para poder estar más cerca de Raquel-dijo Ainhoa-.Así fue como nos conocimos y no me arrepiento de ello.
-Jo, qué mona eres-puse un puchero mientras me emocionaba.
-Clara, el embarazo te está afectando, tú no eres así-rió Raquel mientras me abrazaba.
-Bastante-llevé una mano a mi tripa.
-Por cierto, hablando de eso...-dijo Isa mirándome con los ojos entrecerrados-¿Se lo has dicho ya a Carlos?
-No, casi se lo digo pero él me contó lo de Silvia y ya después no tuve mucho ánimo para hablar de nada-puse una mueca bajando la mirada.
-Ese tema... Mejor ni la nombramos-dijo Raquel.
-Mejor...-dijo Laura.
-Bueno señoritas, vamos a a ir preparándoos que son las nueve y cuarto-nos apremió Ainhoa.
Echamos las cortinas, ya que sería en el salón donde las novias se vestirían, ya que allí había más espacio tras haber apartado los sofás y la mesa. Echamos los vestidos en los sillones para que no se arrugaran y comenzamos a peinarlas. Raquel peinaba a Isa mientras Ainhoa peinaba a Lau y yo preparaba todas las cosas, el maquillaje y nuestros vestidos para que no se arrugaran.
-Chicas-dije un poco pensativa-, ¿os puedo pedir un favor?
-Claro, el que quieras-dijo Isa.
-¿Me podéis ayudar a decirle a Carlos que estoy embarazada?-las miré.
-Claro, pero... ¿Por qué no mejor que lo averigüe él?-Raquel sonrió perversamente.
-¿Qué se te ocurre?-pregunté curiosa y me contó su idea.
No era mal plan y aparte, la que tenía que darle la noticia tenía que ser yo, ellas no podían decirlo por mí porque sé que a él le gustaría que fuese yo quién se lo dijera.
Una vez terminadas de peinar, me puse yo y Raquel me peinó mientras Laura peinaba a Ainhoa e Isa iba a por algunas cosas. Cuando acabaron conmigo, pasé a ayudar a maquillar a Laura mientras Isa peinaba a su hermana. Cuando todas estuvimos maquilladas, nos pusimos a ayudar a vestir a las novias.
-¡Móvil!-exclamé.
-Es el mío-dijo Isa y fue a cogerlo-.Mirad a mi princesa.
Blas le había mandado una foto de Sara ya vestida para la boda. Estaba guapísima con un vestidito celeste haciendo contraste con sus ojos y le habían puesto un pequeño pasador con un lazo blanco recogiéndole el poco flequillo que ya tenía hacia un lado. Estaba preciosa.
-Mi sobrina es la niña más guapa del mundo y estoy segura de que el bebé de Clara será precioso también-dijo Laura y yo le sonreí.
-Seguro-añadió Ainhoa.
-Chicas...-dijo Raquel y todas la miramos-Son las once y veinte si no nos damos prisa no vamos a llegar.
-¡A correr!-exclamamos.
Terminamos de ayudar a vestir a las novias y mientras ellas se quedaban en una de las habitaciones, nosotras tres nos vestimos a la velocidad de la luz. Cuando acabamos, recogimos toda la ropa del salón y la llevamos a otra de las habitaciones para que así, cuando llegaran los padrinos a por las novias, no vieran nuestros sujetadores tirados por el sofá.
Eran las doce menos cuarto cuando el timbre sonó. Abrí y vi al padre de Laura y al de Isa los dos muy elegantes vestidos con traje y corbata.
-Hola-los saludé alegre.
-¡Qué guapa!-me alagaron.
-Gracias-sonreí tímida-.Pasad, las chicas os están esperando muy nerviosas.
-Estoy nervioso hasta yo-confesó el padre de Laura.
-Hola-dijeron Raquel y Ainhoa.
-Hola chicas, estáis muy guapas-les dijeron.
-Gracias-sonrieron ellas.
-Voy a por las novias-dije.
Toqué en la habitación y entré.
-¿Listas?-pregunté sonriéndoles.
-Sí-respondió Isa.
-Estoy muy nerviosa-dijo Laura.
-Normal, cariño-le di una mano a ella y otra a Isa-.Voy a aprovechar que el embarazo me tiene un poco ñoña para deciros algo-me aclaré la garganta y las miré-.Gracias por todo, por aguantarme, por apoyarme, ayudarme... Gracias por ser mis hermanas-les sonreí-.A ti, enana, te conozco desde peques y desde entonces somos inseparables. Me alegro de que seas mi amiga porque eres una chica excepcional, Blas se lleva a una enana revoltosa pero de un corazón enorme. Gracias por todo lo que has hecho y sigues haciendo día a día por mí. Te quiero mucho.
-Gracias a ti-me abrazó llorando-.Siempre has sido mi mejor amiga, mi hermana de no sangre, y lo seguirás siendo por mucho. Gracias por estar a mi lado, por apoyarme con mis rayadas, con mis idas de cabeza, con mi relación con Blas, el embarazo... Son muchas las cosas que te debo. Gracias por todo.
-Te permito que llores porque el maquillaje es de los de agua que si no... ¡Te ibas a enterar!-la amenacé riendo mientras yo también lloraba-.Laura, no llores que aún a ti no te he dicho nada.
-Es que no puedo evitarlo-rió secándose un poco las lágrimas-.Sois geniales las dos, unas chicas muy especiales, y más para mí, y escuchar todo lo que os habéis dicho... Jo-se quejó.
-Pues ahora escucha porque también hay para ti-la señalé y ella sonrió-.A ti te conocí después, pero ¿qué más da? Enseguida entramos en confianza, me contaste tus cosas y escuchaste las mías. ¡Cómo si nos conociéramos de toda la vida! Dani se lleva a la niña más especial y buena del planeta. Gracias por todo y no cambies nunca porque así es como te queremos.
-Gracias a ti por aceptarme, por apoyarme, por darme ánimos, por hacerme ver, cuando me bloqueo o digo que no, que sí que puedo y que hay que seguir adelante. Si no fuera por vosotras hace mucho que me habría venido abajo-me sonrió-.Y no me tienes que agradecer nada porque para eso estamos las amigas, para estar siempre ahí tanto en los buenos como en los malos momentos. Gracias a vosotras por seguir a mi lado, de verdad, chicas, que sois muy especiales y mis hermanas.
Nos abrazamos las tres llorando de nuevo.
-Chicas, tenemos que irnos ya-dijo Raquel entrando-.No, ¿enserio? ¿Por qué lloráis ahora? Os voy a matar.
-Es que te queremos mucho, Raquel-dijeron Laura e Isa abrazándola a la vez.
-Yo también os quiero, chicas-les devolvió el abrazo-.Pero ahora vamos que ya son las doce.
-Ups-reímos y salimos.
En cuanto salimos y los padres de las chicas las vieron... Abrieron muchísimo los ojos, estaban muy sorprendidos y ellas fueron a abrazarlos. Después, bajamos con los bolsos, los ramos de las novias y poco más y nos montamos en los coches. Isa y su padre iban en uno, Laura con el suyo en otro y nosotras tres en el de Raquel. Estábamos un poco nerviosas nosotras también y a mis nervios hay que sumar el tener que darle la noticia a Carlos.
Llegamos en poco más de cinco minutos, menos mal que el sacerdote era simpático porque sino... ¡Dime tú! Primero bajamos nosotras, después de haber aparcado, esperamos a las chicas para darles sus ramos y entramos a la iglesia. Los chicos nos miraron y yo les sonreí. Estaban guapísimos de traje y corbata y cada uno a un lado del altar. En cada lado del pasillo que conducía al altar, habían bancos y se habían dividido, la parte de la izquierda para los invitados de Isa y Blas y la de la derecha para Lau y Dani. Yo me senté en la izquierda junto a Javi que había venido con Mario y se habían sentado con David y Raquel que se había sentado junto a su chico. Carlos, Álvaro y Ainhoa se sentaron en el lado de la derecha con Alejandra y Jesús. Cómo no sabíamos dónde sentarnos el día que estuvimos ayudándolos con la organización de la boda, lo hicimos a suertes, excepto Jesús y Raquel.
Después de media hora, la ceremonia terminó con todas las chicas y Javi llorando. Miré y pude ver a las madres de los novios, el padre y la abuela de Lau llorando también.
Todos salimos fuera y esperamos a que salieran ellos para echarle el arroz. Se lo tiramos y gritamos eso de: '¡Beso, beso!' Ambas parejas se besaron y pasamos a felicitarlos. Después nos fuimos al lugar donde seria el banquete mientras ellos se iban a hacerse las fotos.  

*Carlos*
Me desperté oyendo el teléfono de mi chica, llevaba un buen rato sonando, lo cogí y miré la pantalla, era Raquel, lo dejé, a los dos minutos llamó Ainhoa... Lo volví a dejar y por fin dejó de sonar, me giré viendo a mi chica, la chica más increíble que jamás he podido conocer, y la única con la que quiero estar para siempre.
Comencé a acariciar su brazo y ella abrió los ojos.
-Buenos días-susurré con una pequeña sonrisa.
-Así sí que son buenos días-le devolví la sonrisa y se acurrucó en mi pecho.
-Tu móvil no ha parado de sonar, creo que son las chicas-le dije acariciándole el pelo.
-¿Ya? Jo, yo quería pasar algo más de tiempo contigo-puso un puchero.
-Conmigo puedes pasar todo el tiempo del mundo, pero creo que deberías comenzar a prepararte porque las novias estarán muy nerviosas-le di un beso en la cabeza.
-¿Muy?-me miró con las cejas alzadas-Yo creo que deben estar subiéndose por las paredes.
Reímos y le di un pequeño beso, a lo que gruñió.
-¿No puedo darte un beso?-pregunté con cara de pena.
-No es eso, es que ya que ibas a robarme un beso, róbame uno de verdad, jo-se quejó.
Reí y la besé con mayor intensidad.
Ambos nos levantamos y ella se fue a la ducha.
Clara últimamente estaba bastante extraña, no parecía la misma, estaba más sensible, incluso parecía hinchada... Puede que se haya resfriado, debería vigilarla más de cerca.
Cuando salió de la ducha desayunamos y las chicas no tardaron en venir a por ella.
Me tiré en el sofá un par de minutos.
Después me levanté y me dirigí a la ducha, tras ducharme llamé a David y a Álvaro y los tres decidimos ir a casa de Dani y de Blas a por ellos, ya qué, habíamos quedado en arreglarnos todos juntos en casa de Blas o en la de Dani dependiendo si Sara estaba con su abuela ya o no.
Recogí primero a David.
-Buenos días- me saludó al subir en el coche.
-Buenas- contesté mientras ponía en marcha el motor del coche de nuevo.
Fuimos a por Álvaro, quien se había quedado dormido, después fuimos a casa de Dani, este aún no había salido de la ducha....
-¡Venga ya Dani!- le grité desde el salón.- ¡Eres un tardón!
-Joer... Ya voy...- dijo saliendo de la ducha.
Los cuatro fuimos a casa de Blas y nos abrió él con Sara en brazos.
-¡Anino!- dijo mirando a Dani.
-¡Princesa!- exclamó Dani mientras la cogía en brazos y le daba un beso en la mejilla.
-¿Aún no ha llegado tu madre?- preguntó David.
-No... Me acaba de llamar diciendo que al final llega más tarde...- dijo cabizbajo, se le notaban los nervios.
-Ei, tranquilo, ya verás que va a salir genial- dije.
-Ya lo se, esto es lo que quiero, estar con ella para siempre... Pero no puedo evitar estar nervioso...
-Igual que yo- dijo Dani.
-¡Ito Carlos!- exclamó Sara estirando sus brazos hacia mí.
La cogí en brazos y le di un beso en la cabeza.
-Mira que eres bonita- le dije.- Me encantan los bebés.
-Más te vale- dijo Álvaro.
-¿Qué?- le miré sorprendido.
-Nada, vamos a arreglarnos- dijo David.
Decidimos arreglarnos por turnos para tener vigilada a Sara, aunque Blas decía que no era necesario, Chiqui estaba encerrado en el patio, según Blas estaba castigado por haberle quitado un zapato esta mañana. Pobre.
Cuando nos arreglamos, Blas me llamó para que le ayudase a vestir a Sara... Algo que me sorprendió.
Dani nos acompañó.
Más que ayudarle parecía que me estaban enseñando como vestir un bebé.
Blas peinó a su hija y entonces cuando ya estábamos todos listos, la madre de Blas y la de Isa llegaron...
Cogí a la peque en brazos otra vez.
-Sara, ¿como es el tito Carlos?
-Eo- dijo riendo.
-¿Feo?- me sorprendí.
-zi- dijo tapándose la boza con con las manos mientras reía, David comenzó a reír ya que estaba ahí.
-¿Y qué es el tito David?
-Onto- David se quedó sorprendido y yo reí.
-¿Y tito Álvaro Sara?
-umm- se puso la mano en la barbilla y puso cara de pensativa- Varo.
Dani y Blas comenzaron a reír mientras llegaban al salón.
-Sara, ¿que es padrino?- pregunté.
-Apo y mu isto- dijo sonriendo.
-¿Y papá?- pregunté.
-Apisimo y isto- dijo la peque riendo.
Álvaro, David y yo miramos a Dani y Blas que estaban riéndose al otro lado del salón.
-Ya vemos lo que hacéis cuando os aburrís...- dijo David.
-¿Nosotros?- dijo Blas haciéndose el tonto- Eso lo ha aprendido ella solita.
-Sí, ya...- dije.
-Sois lo que dais a ver- dijo Dani.
-Ya veremos si somos lo que vemos cuando os valláis de luna de miel- dije.
-¡Princesa ataca!- le dijo Dani.
Sara se giró hacia mí y levantó los bracitos- ¡Bu!- sonreí la abracé y le di un beso en la mejilla, Sara se giró hacia Dani- Anino... No no... Sara no ataca...
Todos empezamos a reír y Dani cogió a la pequeña.
-Es que eres la princesita más preciosa y más perfecta del mundo- la abrazó y le hizo cosquillas a lo que la pequeña rió.
Nosotros nos levantamos, porque ya era bastante tarde y debíamos llegar a la iglesia.
-Vamos anda, o llegaréis tarde a vuestra propia boda... y no es plan- dijo Álvaro.
Nos dividimos en dos coches, Dani, Álvaro y David con la madre de Dani en uno y en el otro, Blas, Sara, la madre de Blas y yo.
Al llegar a la iglesia, vi como a mis amigos les temblaban las piernas, debe producir bastantes nervios casarse... 
Me encantaría casarme con Clara más adelante, tener nuestros hijos... 
Me quedé mirando a la nada mientras pensaba en mi futuro con Clara.
Las chicas llegaron, estaban realmente preciosas.
Por fin acabó la ceremonia y, mientras los novios se sacaban fotos, nos fuimos al banquete.
Clara estaba bastante nerviosa, sabía perfectamente cuando mi chica estaba nerviosa, o cuando le pasaba algo.
-Clara, ¿estás bien?- le pregunté.
-No, se siente hinchada- dijo David y todos rieron por lo bajo mientras mi chica se sonrojaba.
-¿Qué..?- me quedé algo pillado.
-Qué tiene un poco más de barriga.- Dijo Raquel.
-¿Y qué  pasa?- pregunté extrañado.
-Nada, solo que la tripita puede traer sorpresita- dijo Álvaro.
-¿Qué?- No quería creérmelo, me estarían gastando una broma.
-Tío, que no te enteras de nada, eres más tonto que Álvaro- dijo David.
-Oye, sin pasarte.- Le advirtió.
-Venga, si en realidad lo sabes, ¿no ves a Clara algo más cambiada?
-Ahora es cuando me decís que Clara está embarazada ¿no?
-Sí- me contestaron todos.
Empecé a reír, creo que fueron, una mezcla de nervios y de incredulidad...
-Carlos, no es...- La llegada de los novios cortó a mi chica.
Los novios se sentaron en la mesa del centro rodeados por sus padres.
Nosotros estábamos en otra mesa.
La cena transcurrió tranquila, pero yo seguía dándole vueltas a aquello que los chicos intentaban que yo me creyese.
Pero... ¿y si era verdad?
No podía ser ¿no? ¿o sí?
Los novios se acercaron a la mesa de tartas y la cortaron, era lo primero que ambas parejas harían como marido y mujer, con sus respectivas parejas.
Raquel fue a la mesa de los novios y cogió a Sara.
-¡Ito Arlitos!- me llamó extendiendo sus bracitos hacia mí.
Yo la cogí en brazos.
-Ve acostumbrándote- me dijo Raquel.
La miré mal.
-Ito Astelito- miró a David y sonrió.
Este la cogió en brazos.

Las parejas salieron a bailar, bailaron  a thousand years de Christina Perri.
http://www.youtube.com/watch?v=9RbcR_KSRB8
Fue precioso, se les veía de una forma deslumbrante.
Después de bailar su primer baile, salimos los demás.
Saqué a Clara y bailamos otra balada.
Me cambié de pareja y bailé con Laura.
-Ei Rubia- le dije- Enhorabuena- le sonreí- Ya era hora, os merecéis estar juntos para siempre, Dani te quiere y ahora es para siempre tuyo, bueno, yo tampoco soy mucho de cosas melosas desde nunca, pero, quiero que sepas que me ha encantado haberte conocido, me caíste bien desde el primer segundo en el que te vi en Londres y te aseguro que no cambiaría nada, porque ha sido genial tenerte como amiga- Laura comenzó a llorar y me abrazó.
-Gracias.
-No las des, y no llores- sonreí de nuevo.
-En serio, gracias, eres increíble rubio, a mi también me ha encantado haberte conocido, eres una de las personas más maravillosas que han podido aparecer en mi vida.
Hubo otro cambio y me adelanté a bailar con mi Bella.
-Hola mi Bella- le dije sonriendo.
-Hola mi Edward- sonrió ella.
-Siempre voy a tenerte un cariño muy especial, no por haber estado enamorado de ti, que eso ya es pasado, sino porque desde el primer momento en el que nos conocimos en Londres te convertiste en mi mejor amiga y pude confiar en ti, fuiste más que una amiga, fuiste como una hermana para mí, creo que eso fue lo que nos confundió un poco- vi como sus ojos comenzaban a empañarse y los míos les iban a seguir- No me gusta verte llorar.
-A veces no se llora por dolor- me abrazó y me besó la mejilla- yo también te tengo cariño, eres mi mejor amigo, eres más que eso, siempre serás algo importante en mi vida, y espero que siempre estemos como ahora.
Seguimos bailando un rato hasta que Isa se separó un poco de mí y miró a Blas y Clara que bailaban cerca de nosotros.
-Creo que Clara tiene algo importante que decirte.
-¿Tu también?- me sorprendí.
-¿Como yo también? Carlos, no es un , yo también, esto es de verdad, este momento es uno de los más importantes de vuestra vida y Clara lo está viviendo sola porque no te quieres dar cuenta, aunque creo que sí lo sabes ya ¿no?
Abrí mucho los ojos y los dos nos acercamos a Clara y Blas que bailaban con Sara sonrientes.
-Anda, vamos a bailar con nuestra princesita- dijo Isa tirando de Blas y Sara.
Los tres se marcharon a bailar al centro de la pista y yo puse mis manos en la cintura de Clara, ella puso las suyas en mi cuello y me miró a los ojos.
-Estoy preparado.- dije casi en un susurro.
-¿Qué?
-Estás embarazada ¿verdad?- ella me miró con una sonrisa, que por mucho que le di vueltas más tarde, jamás pude descifrar que decía- vamos a ser papás- dije con un hilo de voz
-Carlos ¿estás bien, cariño?
-Sí... pero creo que voy a sentarme un minuto...- dije mareado.
Clara sonrió comprensiva y David que estaba ahí bailando con Raquel me ayudó a llegar a una silla, pronto se volvió a bailar con su chica y yo me quedé con Clara en una mesa.
-¿por qué no me lo dijiste?
-Lo intenté...
Suspiré.
-De acuerdo- dije- Bien... yo..
-Carlos, por favor, no me hagas esto- me dijo mirándome con los ojos cristalizados.
-¡No!- me incorporé de golpe y me puse a su lado.
Ahí lo tuve todo claro, estaba esperando un bebé, nuestro bebé, al que debía proteger con mi vida si era necesario. Ahora la había hecho llorar, y eso no era nada justo, ella era mi chica, la quería, era la persona con la que quería estar para siempre y esto no era nada justo.-No pienso dejarte sola, te amo, quiero que estés conmigo para siempre, el bebé solo nos unirá más, y lo afrontaremos juntos, además, según Blas e Isa es algo increíble y seguro que sale precioso, mira a su madre- conseguí que sonriese, ahora lo tenía todo cristalino... Ella era todo lo que yo necesitaba, lo que quería y quería compartir con ella el resto de mis días.
Me arrodillé ante ella y cogí su mano.
-No tengo ahora mismo ningún anillo... Pero- cogí mi pulsera amarilla y se la puse en la muñeca- esto servirá de momento- dije mientras ella me miraba algo sorprendida- Clara,  todavía me queda toda una vida por delante junto a ti, pero me gustaría pedirte algo más, algo que me he dado cuenta que...- sonreí nervioso y volví a mirar sus ojos castaños-Clara ¿querrías ser mi esposa y pasar el resto de nuestras vidas juntos?

viernes, 17 de mayo de 2013

Capítulo 81: El tesoro de mi vida


*Raquel*
Abrí un poco los ojos, vi a David, estaba acabando de aparcar el coche, volví a cerrar los ojos.

Noté como se acercaba a mí.
-Raquel-susurró mi nombre, en sus labios sonaba precioso-.Cariño hemos llegado.
Me hice la dormida un poco más.
David acercó sus labios a los míos y me besó delicadamente, abrí un los ojos y le miré sonriente.
-Hemos llegado-repitió en un susurro sobre mis labios.
-Se me ha hecho corto el viaje esta vez- dije estirándome un poco y poniendo mis manos en su cuello.
-Porque has estado dormida-sonrió.
Volvió a besarme lentamente.
Nos bajamos del coche y miré a mi alrededor, ahí estaba otra vez, en Málaga, en una cena con mi chico, mis padres, mi hermana, mi cuñado y los suegros de mi hermana.
Cuando Isa me dijo que iba a hacer una comida con ellos para decirles que se casaban... Me sorprendí un poco, y la verdad es que ambas estábamos un poco asustadas por si se formaba la de la última cena que hicimos todos juntos.
David notó mi angustia, me agarró de la mano y me miró a los ojos.
-Tranquila, todo va a ir bien.
-Eso espero-le dediqué una sonrisa.
Ambos entramos en la casa de mis padres, la puerta estaba abierta.
Mi madre estaba como loca en la cocina preparándolo todo y mi padre poniendo la mesa y arreglando el salón.
-Hola-saludé.
-¡Raquel!-me abrazó mi padre-Y David-sonrió y le abrazó también.
Mi madre salió de la cocina y nos abrazó a ambos también.
-¿Cómo estáis?-preguntó mi madre-¿Todo bien por Madrid?
-Sí-contestó mi novio-, está todo genial.
-¿Y vosotros, cómo vais?
-Bastante bien, os echamos de menos, y nos morimos de ganas de ver a nuestra nieta-dijo mi padre.
Me contuve las ganas de soltar una bordería del tipo, ''si llega a ser por ti, tu nieta no estaría aquí'', pero ya había pasado ese momento.
-Está preciosa-dije.
-Se parece un montón a sus padres-dijo David-.Es clavada a su madre, pero los ojos son los de su padre.
-Lo recuerdo-dijo mi madre con cara de nostalgia- ojalá no hubiese discutido así con ninguno de vosotros... Después no sabéis lo que nos arrepentimos...
-Mamá-la abracé-.Ya no pasa nada.
En ese momento un torbellino blanco y peludo atravesó la puerta tirando de Blas.
-Buenas tardes-saludó mi padre, la correa se le escapó de entre los dedos a Blas y Chiqui empezó a dar vueltas por el salón.
-¡Chiqui!-lo llamó Blas, pero el perro no parecía querer obedecer.
Isa entró con Sara en brazos, la pequeña vio al perro y comenzó a reír.
Mi madre corrió a abrazarlas y la pequeña se sobresaltó.
-Es la abuela Sara-le dijo Isa.
-¿Alela?-repitió la pequeña y yo me derretí con su vocecita.
-Sí, y él abuelo-dijo Blas señalando a mi padre.
-Alelo-extendió los brazos y mi padre la cogió en brazos.
Empezó a reír de nuevo.
-¡Ami!-llamó a mi hermana pidiendo brazos, esta la cogió en brazos.
-¡Chiqui! ¡Ven aquí!-dijo Blas entrecerrando los ojos.
-Déjalo cariño, este siempre va a ser incontrolable-dijo Isa.
-Ariño-repitió la peque.
-Oh-exclamé-qué mona-me acerqué corriendo a mi sobrina y a mi hermana y miré a Sara que reía-.¿Ya está hablando?
-Solo alguna que otra palabra suelta, pero no consigue decirla del todo bien-dijo Isa.
-Alabra-repitió la peque.
-Ahora tenéis un lorito-dijo David.
Sara comenzó a reír más y extendió los brazos en dirección a su padre, este la cogió y la peque no tardó en rodear el cuello de Blas con los brazos y apoyar su cara en el cuello de este.
-Ya está cansada, lleva todo el camino riendo y hablando-dijo mi hermana.
Los padres de Blas llegaron.
-¿No tienes el carrito para echarla?-preguntó la madre.
-Sí, está en el coche-respondió Isa.
-Voy a por él-dijo Blas dándole Sara a Isa.
Mientras Blas iba a por el carrito, nos dirigimos al comedor y nos encontramos a Chiqui dándole vueltas a la mesa con la cara levantada y oliendo.
-¡Chiqui!-exclamamos todos y reímos
Sara se despertó.
-¡Iqui!-exclamó y rió también.
El perro nos miró y siguió olisqueando.
-Anda Chiqui, ven-dijo mi madre y se llevó al perro a la cocina.
-¡Que cambio!-le susurré a mi hermana- está más sociable hasta con el perro.
-Sí...-dijo mi hermana.
Blas entró con el carrito y dejamos a la niña allí mientras nos sentábamos en la mesa a comenzar a comer.
-Ami... ¡Ami!-Sara comenzó a llamar a Isa sin parar y a poner pucheros, cuando vio que esta no le hacía caso, giró la cabeza hacía Blas-Api... ¡Apiiiii!-puso un montón de pucheritos y Blas no pudo resistirse y la cogió en brazos.
-La estás malcriando-le dijo Isa.
-Oh, por una vez no va a pasar nada, ¿a que no?-le dijo a la peque dándole un beso en la mejilla.
-No, una vez no pasa nada... Pero es que lo haces siempre... En cuanto que te pone ojitos ya estás a su lado.
-Ezo-señaló lo que estaba comiendo Blas.
-No puede ser princesa, aún eres muy peque.
-Joooo-puso más pucheritos.
-Bueno-Isa le quitó a la niña y la puso en el carrito-, come y después juegas con la princesa.
-¡Apii!-empezó a llamarle otra vez-¡Ita aquel!-me llamó.
-Yo lo siento mucho Isa... Pero no soy su madre ni su padre, así que puedo malcriarla-Me levanté y cogí a mi sobri en brazos.
Me senté con ella y empecé a juguetear.
-Bueno... Creo que ya va siendo hora de decirlo-dijo Blas mirándonos a todos-, algunos ya sabéis por qué Isa y yo queríamos hacer esta cena, pero para los que no... Decirlo ya oficialmente.
Mis padres se tensaron un poco y los de Blas también.
-Isa y yo vamos a casarnos.
Hubo un gran momento de silencio en el que mis padres y los de Blas se miraron unos a otros.
-Ami, api-dijo Sara rompiendo el silencio.
-¿No sois un poco jóvenes?-dijo mi madre.
-Lo sabemos-dijo Isa-.Pero hemos pensado que ya que tenemos una relación estable, una casa, una hija y que nos queremos... Pues que no estaría mal.
-Estoy totalmente enamorado de su hija, la quiero más que a nadie, sin incluir a Sara, entre ellas hay un pequeño empate-Sara empezó a reír cuando su padre le guiñó un ojo-, ambos queremos dar este paso, somos personas adultas, lo hemos hablado y estamos seguros, nos encantaría que nos dieseis vuestro visto bueno, pero aunque no sea así, nos casaremos porque nos queremos-dijo Blas.
-Me parece muy bien-dijo mi padre y todos nos quedamos sorprendidos-.Te llevas a uno de mis dos tesoros, los dos logros más importantes de mi vida, te llevas a mi peque, cuídala bien y sé, que tú-miró a mi novio-, te vas a llevar a Raquel algún día, ya es tuya, sé que no podría separaros a ninguno de los cuatro... Por favor, cuidad de mis tesoros, son lo más valioso que tengo.
Por un momento mi padre me pareció vulnerable.
Isa le abrazó y le dio un beso en la mejilla, yo hice lo mismo.
David me dio la mano debajo de la mesa cuando volví a sentarme.
-El tesoro de mi vida-me dijo sonriendo-.Mi mayor tesoro.

*David*
El tesoro de mi vida, definitivamente eso era Raquel. Lo más valioso para mí y pensaba cuidarla hasta el último de mis días.
Al principio, a mi suegro pareció no caerle muy bien la noticia de la boda, pero recapacitó y les dio su aprobación. Lo mismo pasó con los padres de Blas, al principio parecieron no verlo muy claro, pero terminaron sonriendo y abrazando y felicitando a su hijo y su nuera. La que parecía no ver las cosas muy claras era mi suegra. Definitivamente esa mujer tenía que llevar la contraria para todo. Esperaba que, para el día que decidiera hacer planes de boda con Raquel, lo tuviera un poco más claro.
-Mamá, ¿podemos hablar un momento?-preguntó Isa.
Asintió, se levantaron y fueron a la cocina.
-Vamos al salón para estar más cómodos-dijo mi suegro.
Todos nos levantamos y nos fuimos al salón.
-Amor, ¿te pasa algo?-me preguntó Raquel preocupada.
-No, nada-le sonreí y le di un pequeño beso-.Te quiero.
-Y yo a ti-me devolvió la sonrisa.
Nos sentamos juntos en unos de los sofás y miré a Sara que estaba en brazos de su abuela paterna.
-Ito avi-me llamó extendiendo sus brazos hacia mí.
Me levanté, la cogí en brazos y volví a sentarme.
-Tú deberías estar durmiendo ya, ¿no señorita?-dije haciéndole cosquillas.
-Así seguro que no se duerme-rió Blas-.Sara, ¿cómo es papá?
-Apo-sonrió.
-¿Y tito David?-volvió a preguntarle.
-Eo-rió.
-¿Eo?-pregunté extrañado.
-Feo-respondió mi amigo.
-Qué gracioso-ironicé.
-Ei, que eso se lo ha enseñado su padrino-se hizo el desentendido.
-Sara, padrino es tonto-le dije-.¿Cómo es padrino?
-¡Onto!-exclamó.
-Oye tú, a ver qué le enseñas a mi hija-dijo Isa llegando y cogiendo a la pequeña.
-Solo me vengo de su padrino-alcé las manos.
-Ya...-me miró alzando una ceja-.Venga Sara que vamos a dormir.
-No-negó seria.
-¿Cómo que no?-la miró abriendo los ojos-A dormir.
-No-puso un puchero-.¡Apii!
-Venga Sara, a dormir-le dijo él y la pequeña empezó a llorar.
Isa estuvo un rato meciéndola hasta que se quedó dormida.
Nosotros estuvimos un rato más hasta que decidimos irnos. Ninguno nos quedaríamos allí, sino en un hotel. Llegamos, pedimos una habitación y subimos hasta ella.
Cuando entramos, Raquel fue a cambiarse y yo me tumbé en la cama pensativo. Aun no le había dicho nada a mi chica sobre lo que hablé con los chicos y tenía que decírselo, pero no sabía cómo...
-Amor-se tumbó a mi lado y me abrazó-, ¿te pasa algo? Te noto pensativo.
-Es que tengo que contarte algo pero no sé cómo decírtelo-respondí sincero mirándola y pasándole un brazo por la cintura.
-¿Es algo malo?-preguntó preocupada.
-Creo que sí, al menos para nosotros-contesté.
-Dime qué es-me miró fijamente.
-Raquel...-suspiré-El otro día a Álvaro lo llamó Silvia-Raquel se tensó ante ese nombre-, quiere hablar con nosotros porque se supone que está arrepentida por todo lo que nos ha hecho.
-¿Se supone?-me miró extrañada.
-Siéndote sincero... No me fío un pelo de ese arrepentimiento suyo-respondí-.¿Por qué justamente ahora? No sé, puede que me equivoque, y ojalá lo haga, pero no me cierra que esté arrepentida. No lo sé, pero algo me dice que es una trampa y más al saber que Diana también ha llamado a Dani por lo mismo.
-Vaya, ni que se hubieran puesto de acuerdo, ¿no?-preguntó extrañada.
-Eso mismo dijimos nosotros-le dije-.No sé, pero hay algo que no me convence... Llámame desconfiado, pero prefiero no escuchar su arrepentimiento verdadero a escucharla, que se acerque a nosotros y termine siendo todo un plan para hacernos más daño.
-Desconfiado no, yo te llamaría precavido-la miré sorprendido por la calma con la que habló-.No es que me agrade, tú mejor que nadie sabes que prefiero tenerla lo más lejos posible, pero si decidís hablar con ella, te voy a apoyar. Confío en ti y sé que, si es una trampa, les saldrá el tiro por la culata porque sabréis defenderos de ellas y defendernos a nosotras.
-Eso sí que no, a vosotras ni el mal aire porque se entera de quién soy yo-me alteré un poco.
-Tranquilo, que la alterada debería ser yo-rió.
-Eso es verdad-la miré curioso-.¿Cómo es que estás tan tranquila?
-Porque confío en ti y sé que no volverá a pasar lo mismo con esa arpía-me sonrió.
-Me tranquiliza y me gusta que confíes en mí-le sonreí.
-Nunca me has dado motivos para desconfiar ni estar celosa-respondió.
-Te amo-me puse de lado y me acerqué a ella.
-Yo también te amo-me sonrió.
Terminé con la distancia y la besé. Aunque no pude parar de darle vueltas en toda la noche. Porque... ¿Sería una trampa o no?
A la mañana siguiente, recogimos nuestras cosas, pasamos por casa de mis suegros, nos despedimos de ellos y volvimos a Madrid. Volví a quedar con los chicos en el estudio para preparar algunas cosas.
-¿Habéis hablado con las chicas?-pregunté en uno de los descansos que hicimos.
-Sí-dijo Carlos-y... Clara no quiere cuentas con Silvia y la verdad es que yo tampoco, pero realmente no sé qué hacer. ¿Y vosotros?
-Raquel me dijo que hiciéramos lo que viéramos que es mejor, que confía en nosotros, que sabremos defenderlas si llega a ser una trampa-respondí.
-Laura preferiría no tener trato con ninguna de las dos, está asustada por lo que pueda pasar-dijo Dani cabizbajo-.Tampoco sé qué hacer, aunque si hablar con ellas significa que Lau esté mal, prefiero no saber nada de ellas.
-Isa está igual y ahora que tenemos a Sara, más aún-dijo Blas-.Tenemos que proteger a nuestra hija.
-Yo estoy por decirle que se guarde su arrepentimiento, cuando se lo dije a Ainhoa... Terminamos discutiendo y no me gusta pelearme con ella-a Álvaro se le veía realmente mal-.¿Qué podemos hacer, chicos?
-No sé-suspiró Carlos.
-Yo sí sé qué podemos hacerse me había ocurrido una idea.
-¿Qué?-preguntaron todos mirándome.
Les conté mi idea y cómo podíamos llevarla a cabo.
El sábado, me desperté temprano, preparé algunas cosas y fui a despertar a Raquel que seguía profundamente dormida.
-Amor...-la llamé acariciándole la mejilla-Raquel...-volví a llamarla, pero no despertaba-Nena, despierta, cariño.
-Un rato más-dijo acurrucándose abrazada a mí.
-Bueno, pero solo quince minutos que hemos quedado con los chicos-dije tratando de levantarme.
-Pero no te muevas, lo que quiero es estar contigo-me abrazó más fuerte y yo reí.
-Qué tontita te has levantado hoy-me acomodé para verla de frente.
-Te amo-me miró a los ojos.
-Yo también-le sonreí-, te amo más que a nada.
Me devolvió la sonrisa y la besé. Después nos levantamos, desayunamos, nos duchamos y, tras vestirnos y coger lo que había preparado, nos fuimos.
Al llegar, estaba Blas terminando de aparcar y Ainhoa y Álvaro sacando cosas del maletero.
-Buenos días-saludamos.
-Hola-nos devolvieron el saludo.
De pronto, escuchamos un grito y una carcajada. Nos miramos y corrimos hasta donde se había oído el grito y las risas. Al llegar, pudimos ver a Carlos correr por todo el jardín delante de Laura.
-¿Qué ha pasado?-le preguntamos a Dani y Clara que miraban la escena divertidos.
-Carlos le ha dado un susto a Lau y ahora le tocará pagar las consecuencias-nos explicó Clara.
-¿Qué le ha hecho?-preguntó Isa.
-Le ha puesto una araña de plástico en el hombro-nos enseño el juguete.
-Puaj, si parece de verdad-dijo Raquel con cara de asco-, pobre Lau.
-Pobre Carlos, hoy hará todo el deporte que no ha hecho en toda su vida-rió Álvaro.
-Ei, no os metáis con él-dijo Clara con un puchero.
Se escuchó caer algo a la piscina, miramos y había sido Carlos.
-La próxima vez te lo piensas antes de acercarme uno de esos bichos asquerosos-le gritó y se acercó a nosotros-.Hola chicos.
-Hola-la saludamos a coro.
-Creo que todos nos lo pensaremos dos veces antes de gastarle una broma a Laura ¿verdad?-todos asintieron a lo que dije.
-Mientras la broma no incluya bichos o cosas asquerosas, no me importa-dijo ella.
-Laura-la llamó Carlos que se había salido de la piscina-, ¿me das un abrazo de reconciliación?
-Cuando estés seco-se escondió tras Dani.
-¿Alguien me da un abrazo?-preguntó haciendo pucheros.
-¿Por qué no empezamos a preparar las cosas?-preguntó Blas y todos pasamos de Carlos.
-Gracias ¿eh?-se hizo el indignado.
-Todos te queremos, pero mejor seco-dijo Isa y reímos.
Sobre las cuatro y media, ya habíamos comido, recogido todo e Isa había dejado a Sara durmiendo en una de las habitaciones y estaba sentada junto a Blas. Dani y Laura estaban tumbados buscándoles forma a las pocas nubes que había en el cielo, Carlos y Clara estaban hablando... Parecía que de algo serio pero, si les prestabas atención, te dabas cuenta que era de cosas sin sentido, Álvaro y Ainhoa estaban en su propio mundo jugando a quién aguantaba más sin reír o sonreír mirándose fijamente a los ojos y Raquel estaba sentada entre mis piernas apoyada en mi pecho.
La verdad es que ver esa escena, me llenó de felicidad. Mis hermanos y yo, en una tarde de últimos de junio, sentados en el jardín de una casa que teníamos para los cinco, junto a nuestras chicas y más felices de lo que habríamos imaginado ser. Una idea me cruzó la mente, le quité la sandalia a Raquel y, bajo la atenta mirada de mi chica y de Isa y Blas que nos habían mirado cuando Raquel comenzó a quejarse, le tiré el zapato a Dani que estaba frente a nosotros.
-¡David!-se quejó mirándome.
-¿Cómo has sabido que era yo?-me hice el sorprendido.
-Porque Raquel es la única a la que le falta un zapato-respondió mirándome mal.
-Anda, ¿por qué no vas a por eso?-le hice una seña.
-Voy-asintió y se levantó.
-Laura-la llamé y ella me miró mientras se sentaba-, ¿qué le das a Dani?-ella me miró extrañada-Es que últimamente está más listo.
-No te metas con él-me devolvió el zapato, pero no me dio.
-Torpe-se burló Raquel.
-Tonta-le sacó la lengua.
Dani volvió con su guitarra y se sentó junto a su chica.
-¿Nos vais a cantar?-preguntó Isa extrañada señalando a Dani.
-Sí-respondió Blas abrazándola.
-¿Cuál?-preguntó Ainhoa curiosa.
-A ver si sabéis cuál es-le dijo Álvaro dándole un beso en la mejilla.
Dani comenzó a tocar y a cantar bajo la mirada atenta de todos.
-Hoy escribo solo para ti,
Tú que siempre estás ahí
Y sé que seguirás por mí.
-Y si tengo ganas de llorar,
Tú me abrazas y se va,
Y se va...-seguí yo mirando a Raquel fijamente, a lo que ella me sonrió.
-Juntos seguiremos el compás-cantamos todos.
Juntos es más fácil caminar.
Que la vida es más
Si la quieres compartir-siguió Carlos.
Y no pararemos de soñar,
Pero soñaremos a la par-volvimos a cantar todos mirándonos y mirando a nuestras chicas.
-Porque nada es más sencillo que sentir
Que siempre estás ahí-Carlos y Clara se miraron fijamente mientras él le cantaba.
-La Aventura acaba de empezar
Y lo que tenga que llegar,
Más nos unirá-cantó Álvaro abrazando a Ainhoa.
-Y no sé qué pasará.
Yo me lanzo sin dudar
Si vamos todos-siguió Blas mientras Isa lo miraba embelesada.
-Juntos seguiremos el compás.
Juntos es más fácil caminar.
Que la vida es más
Si la quieres compartir.
Y no pararemos de soñar,
Pero soñaremos a la par.
Porque nada es más sencillo que sentir
Que siempre estás ahí.
Le di un beso en la mejilla a Raquel y ella se apoyó más contra mi pecho.
-Juntos seguiremos el compás.
Juntos es más fácil caminar.
Que la vida es más
Si la quieres compartir.
Y no pararemos de soñar,
Pero soñaremos a la par.
Porque nada es más sencillo que sentir
Que siempre estás ahí.
(http://www.youtube.com/watch?v=lPX9TgWlk-s)
Terminamos y ellas comenzaron a aplaudir y vitorear como las locas, a lo que nosotros reímos.
-Chicas-las llamó Raquel y las cuatro la miraron-, ¿ya?
-¡Ya!-exclamó Ainhoa y se levantaron.
-¿Qué vais a hacer?-preguntó Dani por todos.
-Devolveros un poco de todo lo que nos habéis dado-respondió Laura.
Isa se fue hacia Carlos, Laura hacia Blas, Raquel hacia Álvaro, Ainhoa hacia Dani y Clara hacia mí.
-Hola-dijo alegre sentándose a mi lado.
-Hola-reí.
-Quiero darte las gracias-me dijo.
-¿Por qué?-pregunté extrañado.
-Por todo lo que hacéis día a día por nosotras, nos apoyáis siempre y en todo-respondió.
-Por eso no tenéis que darnos las gracias, lo hacemos porque sois nuestras chicas y tenemos que apoyaros y protegeros-le sonreí y nos abrazamos.
Volvieron a levantarse y rotaron, ahora se vino conmigo Isa.
-¡Cuñado!-exclamó abrazándome.
-¡Cuñada!-reí-Estáis más locas de lo que creía.
-¿Por qué? ¿Por querer agradeceros por todo el tiempo que lleváis aguantándonos?-preguntó, pero no dejó que le respondiera-Es lo mínimo que podemos hacer.
-Ya hacéis mucho estando a nuestro lado-respondí.
Sonrió y me abrazó. Volvieron a levantarse y se sentó a mi lado Laura.
-Hola-me sonrió.
-¿Qué hay, rubia?-la despeiné.
-Gracias por todo, tonto-me abrazó.
-De nada, tonta-le devolví el abrazo.
Se levantó y se me acercó Ainhoa.
-Hola-dijo alegre.
-Hola-dije igual.
-Gracias por hacer feliz a Raquel.
-Es la chica a la que amo y la que me hace feliz, no puedo evitarlo-reímos.
-Y gracias por acogerme-me sonrió.
-¿Cómo no acogerte si eres quien le abrió los ojos y hace feliz al smiler?-hice un gesto exagerado y ella rió-Las gracias debemos dártelas nosotros a ti, le haces feliz y se le nota.
Nos abrazamos y vino conmigo Raquel.
-Hola-le sonreí-.¿A mí qué me vas a decir?
-Podría decirte muchas cosas, pero con dos palabras me sobra el resto-respondió.
-¿Y cuáles son esas dos palabras?-pregunté acercando mi cara a la suya.
-Te amo.
-Yo también te amo-le sonreí y me besó.
¿Más feliz? Con Raquel y los chicos a mi lado, me sobraba mundo.

domingo, 5 de mayo de 2013

Capítulo 80: ¿Será una trampa?

*Ainhoa*
Digamos que dormir, dormí poco. Aquel día era en el que iría con Álvaro a conocer a sus padres y estaba que no me sostenía de los nervios.
Estaba muy nerviosa, ¿qué pensarían de mí? ¿Y si no les caía bien? Álvaro decía que les caería genial, pero yo no paraba de darle vueltas.
-¿Estás bien?-me preguntó mirándome.
-Sí-sonreí-.Algo nerviosa.
-Es normal-me abrazó-.Tu tranquila, les vas a encantar, eres fantástica-me besó la frente.
-Eso espero-dije un poco, bastante nerviosa aún.
Me eché hacia atrás en el asiento de copiloto y me puse un rato con el móvil a hablar con las chicas por el WhatsApp, a ver si ellas conseguían tranquilizarme un poco.
Ainhoa: Ei ^^
Clara: Holaa XD
Lau: Holaa :3
Ainhoa: Las hermanas están perdidas ¿no? O_o
Clara: A saber que estarán haciendo ^^ Yo poco me fiaría de ese par de locas...
Isa: EEE!!!!! que estaba acostando a Sara e.e
Clara: ¿A sí? ¿A Sara? ¿O a quién? ¬¬
Isa: Sin comentarios disponibles.... Eres una inmadura.
Clara: ¿Y tú eres más madura que yo?
Isa: Em... deja que lo piense... SÍ
Lau: Dejad de petar esto anda XD
Ainhoa: Estáis las dos locas!! >.<
Raquel: ¿Sabéis que son las 9 de la mañana ? -.-'
Clara: ¿Estabas durmiendo? :O
Raquel: ¡¡Sí!!

Clara: ¿¿Noche ajetreada?? :P
Raquel: O_o
Lau: Clara... ¿¿qué has desayunado tu hoy??
Clara: No estoy muy segura si eran tortitas o pan tostado... Ha cocinado Carlos.
Isa: Tendré que tener unas palabras con él y decirle que no cocine más...
Ainhoa: ¡Angelito! Por una vez que le dará por cocinar.
Raquel: Otra que está que no me veas hoy :O
Ainhoa: ¿Yo? :O
Isa: Sí... ¡TÚ! XD
Ainhoa: Yo estoy normal.
Lau: No XD
Estuvimos un rato más hablando hasta que se tuvieron que ir todas por distintas razones.
Me acomodé en el asiento de nuevo y me dormí.
-Ei, vamos despierta ya hemos llegado-me susurró Álvaro al oído mientras hacía un recorrido de besos de mi oreja a mi cuello y viceversa.
-¿Ya?-abrí los ojos.
-Sí-sonrió-.¿Preparada?-asentí-Vamos-me dio la mano al salir del coche.
Cogimos nuestras maletas y, aún de las manos, fuimos hasta una de las puertas. Entramos y allí había una mujer algo bajita y morena, estaba de espaldas a nosotros.
Álvaro me soltó la mano, dejó la maleta y fue hacia la mujer, la agarró de la cintura y la levantó.
-¡Álvaro!-exclamó la mujer asustada.
Él se echó a reír, la bajó, la abrazó, le dio un beso en la mejilla y un abrazo de oso.
-¡Qué petardo eres!-dijo su madre.
Yo sonreí con ternura, al ver aquella escena me enternecí.
-Mira a quién he traído para que conozcáis-dijo señalándome.
-¿Es Ainhoa?-le preguntó a su hijo en voz baja.
-Pues claro que es Ainhoa-contestó Álvaro.
-Un placer-me dio un abrazo y un beso en la mejilla-.¡Estaba deseando conocerte!
-Y yo a usted.
-Oh, por favor nada de formalismos-sonrió amablemente.
-De acuerdo-sonreí yo.
Álvaro y yo dejamos las maletas en su habitación, era una habitación bastante normalita, pero me encantó.
-¿No es lo que esperabas?-me preguntó.
-No, la verdad, pero me gusta-dije.
-Me alegro que te guste-me abrazó por la cintura y me besó-.Te quiero.
-Y yo a ti-pasé mis manos por su cuello.
Su padre llegó y nos presentamos, sus padres eran bastante agradables, me cayeron muy bien.
Cenamos juntos y me reí bastante, la familia de Álvaro era muy divertida.
Me contaron cosas de cuando Álvaro era pequeño, era bastante cafre.
Cuando acabamos de cenar, Álvaro y yo subimos a su habitación, cogí mi pijama y una muda limpia y me fui a la ducha.
Cuando ya estaba duchada me fui a la habitación de mi novio, quién se había quedado dormido.
Le tapé con una manta y le di un pequeño beso en la mejilla, después me tendí a su lado y me dormí deprisa, los nervios habían desaparecido.

*Álvaro*
Me desperté por la mañana y, al mirar hacia mi izquierda, vi a Ainhoa dormida. Sonreí y me puse de lado admirándola. Junto a ella tenía todo lo que quería y necesitaba. Una chica que me escuchaba, comprendía y amaba.
Mi móvil comenzó a vibrar en la mesita de noche, lo miré y suspiré. Llevaba días llamándome, ¿ahora qué quería? Lo cogí y salí al balcón para no despertar a mi chica.
-¿Sí?
-Buenos días, siento si te despierto o molesto, pero necesitaba hablar contigo-dijo.
-¿Qué pasa?-pregunté echándome sobre la barandilla.
-Álvaro, de verdad que estoy arrepentida y necesito que me perdones-respondió-.Sé que hice mal y quiero enmendar mi error.
-Silvia, es mejor como estamos, tú con tu vida y nosotros con la nuestra...
-Pero no puedo seguir con mi vida si no os pido perdón-insistió-.Te juro que después de disculparme, no volveréis a saber de mí.
Suspiré, ¿qué hacía?
-Voy a pensarlo y te aviso-dije.
-Claro-sonó alegre-, gracias.
-De nada, adiós.
-Adiós-colgué.
Volví a suspirar y entré a la habitación donde Ainhoa seguía durmiendo. Me tumbé a su lado y me quedé mirándola. No quería saber nada de Silvia principalmente porque nos había hecho mucho daño y aparte, lo hablaría con los chicos para que ellos decidieran también qué sería lo mejor. Llevé mi mano derecha hacia la mejilla de mi chica y le aparté el pelo de la cara, después, acerqué mi cara a la suya y le di un beso en la mejilla, después otro en la frente, rocé mi nariz con la suya y le di un pequeño beso en los labios. Al separarme de ella, vi cómo sonrió antes de abrir los ojos.
-Buenos días-me miró fijamente a los ojos-.Me encanta esta manera de despertar.
-Lo tomaré en cuenta para hacerlo más a menudo-sonreí y uní mi frente a la suya-.Buenos días.
Volvió a sonreír y nos besamos. Unos golpes en la puerta hicieron que nos separáramos.
-Adelante-dije levantando la cabeza de la almohada y miré hacia la puerta.
-¡Tito!-gritó corriendo hacia mí.
-Hola, princesa-la cogí y la abracé sentándola encima de mí mientras me incorporaba en la cama-.¿Qué tal?
-Bien, abuela me ha dicho que estabas aquí y quería verte-sonrió inocentemente y yo la abracé.
-Mira ella es mi novia, se llama Ainhoa-la señalé mientras se incorporaba quedando sentada también-.Ella es mi sobrina, Nuria.
-Hola Nuria-le sonrió.
-Hola-la saludó tímida-.Tito, ¿tú no eras mío?-preguntó mirándome con un puchero y yo reí.
-Sigue siendo tuyo-dijo Ainhoa-, ¿pero te importa compartirlo un poquito conmigo?
-No, pero solo un poquito ¿eh?-le señaló y nosotros reímos.

-Sí, solo un poquito.
-Entonces vale-sonrió feliz y se bajó de la cama-.Ven a ver a mi madre.
-Nos cambiamos y salimos-le dije.
Nuria asintió y salió de la habitación.
-Qué guapa es-sonrió mirando la puerta-.¿Qué edad tiene?
-Cinco años-respondí-.Es mi adoración.
-Se te nota-me sonrió.
-¿De verdad no te molesta compartirme con ella?-pregunté pillo.
-No, con ella no me importa-yo reí.
-Ven, vamos a que conozcas a mi hermana y mi cuñado-le di un beso antes de que nos levantáramos.
Nos vestimos y, mientras ella iba al baño, les mandé un WhatsApp a los chicos:
Álvaro: A mi vuelta tenemos que hablar de algo... Importante. No comentéis nada, es mejor que las chicas no lo sepan
Blas: Está bien, pero... ¿Sobre qué es?
Álvaro: Silvia
David: ¿Qué pasa con ella?
Álvaro: Me ha llamado esta mañana diciendo que quiere pedirnos perdón y que está muy arrepentida. No sé por qué pero no la creo y no quiero que se acerque a nosotros, pero... Tampoco soy tan rencoroso como para decirle que no
Carlos: Olvida la llamada y haz como si nada, pasa estos días con tu chica y tu familia y cuando vuelvas, lo hablamos entre los cinco
Dani: Sí, tenemos que quedar porque... Diana también quiere lo mismo
Blas: Vaya, ni que se hubieran puesto de acuerdo ¿no?
Álvaro: Eso parece...
Dani: No quiero ni que se acerque a Laura porque... No sé, no termino de confiar en ella y en Silvia tampoco
Carlos: Yo estoy con Dani, ¿por qué ahora después de tanto tiempo?
David: Debemos hablarlo y meditarlo bien, no vaya a ser una trampa
Álvaro: Estoy contigo y ahora os dejo que Ainhoa acaba de salir del baño. Cuando vuelva hablamos
Blas: Sí, pasáoslo bien
Dejé el móvil, entré al baño y después salimos al salón. Mi hermana y mi cuñado estaban sentados con mi sobrina y mis padres.
-Hola-dije acercándome a ellos para saludarlos-.Ella es Ainhoa, mi novia.
-Encantada, yo soy Sandra-se presentó mi hermana-.Y él es mi marido, Raúl.
-Hola-saludó tímida y les dio dos besos.
Nos sentamos con ellos y estuvimos hablando entre todos. Comimos los siete juntos y por la tarde, llevé a Ainhoa a hacer turismo para que conociera un poco Alcalá. Por la noche, salimos con mis amigos y estuvimos cenando y después nos fuimos a un local a tomar algo. Nos lo pasamos bastante bien. Sobre las tres, llegamos a la casa y entramos a mi habitación. Nos cambiamos y nos fuimos a dormir.
-Ainhoa-la llamé en susurros.
-Dime-me miró.
-Te amo.
-Y yo a ti-me sonrió.
Me terminé de acercar a ella y la besé. Necesité decirle que la amaba, así que se lo dije porque... La amaba y más que a nada. Desde que la conocí mi vida tomó otro sentido y ya no veía un futuro sin ella.
A los dos días volvimos a Madrid y los chicos y yo quedamos en el estudio para tratar el tema "Silvia" y el de "Diana". Ninguno éramos tan rencorosos como para no perdonarlas o más bien dejarlas tiradas, pero... Si hablábamos con ellas y todo resultaba ser una farsa solo para meterse entre nosotros de nuevo, nuestras chicas estarían mal y no queríamos eso. Lo principal para nosotros eran esas cinco chicas de las que estábamos enamorados y no queríamos hacerles ningún mal, así que... ¿qué hacíamos?
-Yo propongo que se lo digamos a las chicas-dijo Blas.
-A Ainhoa sé que no le va a gustar-dije.
-Raquel se va a poner de mala leche y la liará-añadió David.
-Clara se pondrá más o menos igual y dirá que seguro es una trampa...-Carlos parecía pensativo.
-A Laura tampoco le va a sentar bien-dijo Dani-.Pero creo que es mejor que se enteren por nosotros mismos a que lo hagan por terceras personas o que, si es una trampa, Silvia y Diana les vayan con el cuento a su manera y terminemos peor.
-En eso tienes razón-asentí.
-Sí...-lo apoyaron David y Carlos.
-Entonces lo mejor es hablarlo con nuestras chicas y a ver qué dicen ellas también ¿no?-nos miró Blas.
-Sí, pero a ver cómo se lo decimos. Es un tema delicado-dijo David.
-Bastante...
-Lo mejor será que hablemos con ellas cuanto antes y a ver qué pasa y qué dicen-dije.
-Suerte-nos miramos los unos a los otros.
Y, tras preparar algunas cosas con Magí, nos fuimos cada uno a nuestra casa a hablar con las chicas. ¿Qué dirían? Solo esperaba que no lo tomaran muy mal, en especial Ainhoa sabiendo nuestra historia con Silvia...