sábado, 27 de diciembre de 2014

Capítulo 18: Pero, desgraciadamente, pasa...

*Laura*
-Dormilona-escuché en un susurro en mi oído-.Dormilona...
Me removí un poco y seguí durmiendo, aún estaba en el mundo de los sueños y sentía que todavía no era la hora de despertar, pero quien fuera que estuviera a mi lado no pensaba igual, ya que no cesaba de llamarme.
-Pequeña-volvió a susurrar y sentí una caricia en la cara-.Vamos arriba, dormilona.
-Todavía no es la hora-murmuré sin entenderme mucho ni yo misma.
Volví a removerme hasta acurrucarme lo más que podía y seguí durmiendo. Una carcajada me hizo fruncir el ceño, pero no me despertó lo suficiente como para abrir los ojos.
-Venga, pequeña bella durmiente, que me aburro-alargó echándoseme encima.
Resoplé y fui despertándome, Dani me miraba atento con el pelo todo despeinado y la cara de recién despertado.
-Si llego a saber que recién levantado estás así, ni me pienso el estar contigo-solté haciendo que abriera los ojos de par en par.
-Menudo romanticismo desde por la mañana-protestó apartándose de mí.
No pude evitar el reír y me giré poco a poco hacia él.
-Anda, no te enfades, eso es por haberme despertado, ¿no sabes que es malo para el bebé?-puse un puchero.
-Esas escusas solo colaban con Clara-cruzó los brazos detrás de su cabeza.
-Dani, no me hagas rogarte mucho que ya no puedo tanto con la pedazo de tripa que tengo-le puse ojitos.
-No seas exagerada-rió mientras me empujaba para ponerme boca arriba y así él echarse un poco sobre mí.
-Es cierto, estoy enorme-puse un puchero.
-Es lo normal en una embarazada, pequeña, pero estás preciosa-me sonrió pasando su mano por toda mi tripa.
-Te quiero muchísimo-le acaricié la mejilla.
-Y yo a ti-me besó.
Poco después, nos levantamos, desayunamos, nos arreglamos, recogimos lo que teníamos preparado y nos fuimos hacia el piso de Ainhoa y Álvaro para preparar las cosas para cuando llegaran con el bebé. La verdad es que yo hice poco, Dani apenas me dejaba moverme, aunque yo me levantaba del sofá y me daba una vuelta para ver cómo estaba quedando todo.
-Hey, te pillé-me dijo David.
-Huele genial-me acerqué a ellos.
-Normal, estamos cocinando nosotros-dijo Carlos.
-Perdona, guapo, pero quién está cocinando realmente soy yo-dijo Raquel indignada.
-Mejor me voy fuera, como me vea Dani verás-me giré y me lo encontré de frente-.Hola cariño.
-Hola-se cruzó de brazos-, creo haberte dicho que te quedaras en el salón.
-Ya, pero el olor a comida me ha llamado y me duelen los riñones de estar sentada-puse un puchero.
-Anda, tira para afuera-me hizo un gesto con la cabeza.
-Vale gruñón-refunfuñé como una niña mientras salía y me daba una vuelta por el salón.
Al final acabé sentada de nuevo en el sofá al lado de Sara que estaba sentada en la alfombra junto a Javier que descansaba en su moisés pendiente a todo con los ojos muy abiertos, era un niño muy despierto y estaba atento a cualquier cosa que pasaba a su alrededor.
-Hey, ¿cómo andas?-preguntó Isa sentándose a mi lado.
-Cansada, muy cansada...-me eché hacia atrás en el sofá.
-Es normal, piensa que la mitad de lo que respiras y comes se lo lleva el pequeño futbolista-yo reí.
-Mira, ahora está dando pataditas-cogí su mano y la coloqué sobre mi tripa.
-Lau, tu hijo va a ser el mejor futbolista de la historia-solté una carcajada.
-Es increíble, ¿verdad?-le dije-.Estar embarazada, sentir al bebé dentro de ti...
-Es inexplicable.
Escuchamos ruidos y nos giramos para ver a Raquel poniendo cosas en la mesa. Suspiré pensando que quizás ella nunca pudiera llegar a sentir a un bebé crecer dentro de ella, aunque todos esperábamos que sí que pudiera ocurrir...
-¿Crees que realmente no podrá tener hijos nunca?-le pregunté a mi mejor amiga en susurros.
-Espero que no, prefiero pensar que en cualquier momento se quedará embarazada y nos sorprenderá a todos-respondió mientras yo apoyaba la cabeza en su hombro.
-Has madurado mucho-murmuré.
-Hemos madurado mucho-me corrigió y yo le sonreí.
-¿Quién nos iba a decir cuando nos conocimos que con veinte años tendríamos maridos?-comenté divertida.
-Y no te olvides de los hijos-me recordó y las dos reímos.
-¿Recuerdas cómo nos conocimos?-pregunté.
-¿Cómo olvidarlo?-dijo divertida-¿Recuerdas lo mal que nos llevábamos?
Solté una carcajada ante el recuerdo.
-Hasta que nos vimos en problemas-dije.
-Sí, entonces nos hicimos amigas-me sonrió.
*Flashback*
Iba por el pasillo del instituto cuando me la crucé, Isa y yo nos miramos y ambas nos dirigimos una mala mirada, no es que la conociera personalmente, pero lo que hablaban de ella no era especialmente bueno, así que ni me acercaba a ella. Aunque no todo estaba a mi favor, ya que nuestras taquillas quedaban la una al lado de la otra.
-Vaya, vaya, vaya-escuché una voz muy familiar a mi espalda mientras guardaba mis libros en la taquilla-, pero si tenemos aquí a mis dos mejores amigas.
Decidí pasar de Genoveva que seguramente estaba acompañada de su clon Marta y seguí a lo mío.
-No pases de mí-usó tanta que logró darme la vuelta haciéndome daño en el brazo.
-No quiero saber nada de ti, así que pírate-miré a mi izquierda y ahí estaba Isa plantándole cara a esas dos petardas.
-¿No queréis ser nuestras amigas?-preguntó Marta con un fingido puchero que me dieron ganas de borrárselo de un puñetazo.
-Ni loca-me di media vuelta.
-Ui, si la chica sin madre tiene carácter-se carcajeó y apreté los ojos fuerte, se estaba metiendo en terreno pantanoso-.¿Qué pasa, tu padre solo no supo enseñarte modales?
Hasta ahí llegué, me giré para plantarle cara de una vez por todas cuando me di cuenta de que Isa la había empujado y tirado al suelo.

-¿Por qué no te compras un pony, lo peinas y nos dejas tranquilas, bruja?-le gritó.
-No tienes ningún derecho a gritarle, enana-Marta se acercó demasiado a ella.
-Hey, apártate un poco dudo mucho que le guste intoxicarse con tu aroma-la empujé por el hombro.
Abrió la boca para decirme algo, pero el director llegó interrumpiendo.
-¿Qué es lo que pasa aquí?-se nos acercó enfadado.
-Mire lo que me ha hecho Isabella-lloriqueó Genoveva aún desde el suelo.
-Señor-le interrumpí en cuanto iba a abrir la boca hacia Isa-, ella solo me estaba defendiendo porque, de nuevo estas dos señoritas, se estaban burlando de la falta de mi madre.
-Ustedes dos a mi despacho-se giró hacia las dos petardas y yo aproveché para coger a Isa de la mano y desaparecer de allí.
Una vez en el patio, nos detuvimos a descansar por la carrera.
-Gracias, creo que me he librado de una buena-me sorprendió.
-Gracias a ti por defenderme de esas dos-la miré.
-No entiendo cómo son capaces de jugar con los sentimientos, siento si un día llegué a compararte con esas dos-me dedicó una mirada y una mueca de disculpa.
-Tranquila y yo también siento haberte llegado a comparar con esas-imité su mueca encogiéndome un poco.
-Disculpas aceptadas-me dedicó una pequeña sonrisa.
Le devolví la sonrisa y estuvimos un rato burlándonos sobre cómo Genoveva había acabado como su dignidad, por lo suelos. Ese rato que permanecimos juntas se repitió al día siguiente y al otro, poco a poco unos cuantos minutos se fueron alargando hasta el día que empezamos a convertirnos en amiga y, eso, a ser las hermanas de nos sangre, como suele decir ella, que somos hoy día.
*Fin del flashback*
Echamos un día muy ameno entre todos y cuando se hizo tarde, nos tocó despedirnos para cada uno volver a su casa.
Las semanas fueron pasando y, una noche en la que Dani y yo habíamos decidido irnos a la cama temprano, me encontraba dormida cuando mi móvil nos despertó a los dos un poco sobresaltados, al ver que quien llamaba era Isa, me extrañé y respondí, puede que hubiera pasado algo y sí que pasó, casi no lo asimilé. Cuando colgué me giré a Dani que me miraba con los ojos a medio abrir y el ceño fruncido.
-Blas y Álvaro están en la UCI.
Al darme cuenta, me encontraba en casa de Isa con Sara, Javier, Alejandra, Pablo y Ainhoa muy nerviosa y a la espera de noticias.