miércoles, 23 de octubre de 2013

Capítulo 1: Regalo sorpresa.

*Carlos*
Acabábamos de llegar a Madrid después de una larga gira presentando el nuevo CD. La verdad era que, desde que Dani y Blas habían vuelto de su Luna de Miel, nos habíamos puesto las pilas y habíamos estado por la gran mayor parte de España en muy poco periodo de tiempo. Estaba agotado, debo decirlo, y solo me apetecía llegar a casa y echarme junto a Clara.
-Bueno, chicos, podéis iros ya, mañana nos vemos-nos dijo Magí dando por finalizada la reunión.
-Hasta mañana-dijimos los cinco casi al mismo tiempo y salimos del estudio.
En la puerta, nos esperaba Silvia.
-Hola, chicos, ¿qué tal?-fue dándonos dos besos a cada uno.
-Bien-respondió Dani mientras descolgaba el teléfono-.Hola mi pequeña-se giró para que no viéramos la cara de bobo que ponía.
-Qué enamorado está-rió Silvia.
-Mucho, al igual que nosotros de nuestras chicas-respondió Blas-.Me voy ya, tengo ganas de ver a mis chicas, hasta luego.
-¡Blas, espera!-gritó Dani-Lau dice que está en tu casa, me voy contigo.
-Vale, mejor porque no tengo coche-dijo.
-Qué cara más dura tienes-rió el rubio.
-Cara tú que te vas a acoplar en mi casa-le echó en cara.
Se despidieron de nosotros y se fueron dejándonos a los tres solos con Silvia.
-Bueno, yo también me voy-dijo David-.Hasta mañana.
-Adiós.
Álvaro y yo estuvimos un rato más hablando con Silvia hasta que decidimos irnos, era tarde y yo ya debía estar en casa. Me despedí de ellos y me fui. Cuando llegué, abrí y llamé a Clara, quien no respondió. La volví a llamar, pero obtuve la misma respuesta: silencio. Fui a nuestra habitación, dejé la maleta y fui hasta la cocina a por un vaso de agua. Allí me encontré con una sorpresa, mi chica estaba preparando algo con los auriculares puestos y cantando algunas canciones en voz baja. Muy alta debía tener la música como para no escucharme.
Sonreí pícaro cuando una idea, algo malvada, se me pasó por la cabeza. Le daría un pequeño susto. Me acerqué sigilosamente a ella y le pasé mis manos por la cintura. Soltó un grito seguido de un montón de juramentos que no prometía que saldría bien parado de esa.
-Te juro que, como vuelvas a hacer eso...
Se había girado hacia mí, por lo que la interrumpí con un beso. Pasó sus manos por mí cuello y yo llevé una de las mías por su cintura y, con la otra, le acaricié la barriga.
-Hola-le susurré en cuando nos separamos por algo de aire.
-Hola-me dijo en el mismo tono-.Te he echado de menos, cafre.
-Yo a ti también, loquis-le sonreí y volví a besarla.
-¿Cómo es que has llegado tan tarde?-preguntó aun abrazada a mí.
-Hemos estado un rato reunidos con Magí y después nos encontramos a Silvia en la puerta y estuvimos hablando con ella-respondí.
-¿Con Silvia?-me miró alzando las cejas y yo asentí-¿Todos?
-Blas y Dani casi nada y se fueron, David estuvo un rato más y Álvaro y yo sí hemos estado más-contesté.
-Ah-asintió y se giró para dejar el móvil sobre la mesa y seguir con lo que estaba haciendo antes de que yo llegara.
-Clara-la llamé.
-¿Mm?-contestó sin mirarme.
-¿Pasa algo?-pregunté.
-No, nada-no pardecía muy convencida.
Tampoco sabía mentirme, así que intenté sacarle en lo que estaba pensando.
-Morena, cuéntame qué te pasa, anda-susurré abrazándola desde atrás.
-Sabes que no me gusta intervenir con alguien para que deje de hablarse con otras personas, pero también sabes lo que pasa con Silvia y... No me ha gustado que hayas estado con ella-confesó cabizbaja.
-Cielo, yo te quiero a ti y, por más que hable con ella, no intervendrá en lo que siento-la miré fijamente a los ojos desde atrás.
-Lo siento-suspiró-.El embarazo me tiene más sensible de lo normal y no puedo evitar tener miedo, de verdad que perdóname.
-Ei-la hice girar y le levanté la cabeza con una de mis manos en su barbilla-, no tienes que pedir perdón, es normal que te sientas así, pero confía en mí. No te voy a fallar nunca-uní mi frente con la suya.
-¿Lo prometes?-me miró con temor.
-Te lo juro-susurré justo antes de unir mis labios con los suyos.

*Clara*
Carlos estaría a punto de llegar del ensayo con los chicos. Estaba deseando que llegase a casa, desde que las chicas se habían casado y Carlos sabía que yo estaba embarazada estábamos más unidos que nunca, era genial.
Recibí un whatsApp del grupo de las chicas.
Isa: Loquisss!!! os hecho de menos :'(
Clara: Y yo :(
Raquel: Hace mucho que no os veo.. Ni a mi sobri :'(
Ainhoa: Vas a tener que comprarle un móvil a Sara para que Raquel se calme XD
Lau: Chicas y si quedamos mañana para tomar algo??
Isa: SIIIIIIIIIIIII :D
Raquel: ¿Dónde vamos a ir??
Isa: Tened en cuenta que Sara va a venir ^^
Lau: Mi peque!!
Clara: Bueno, su primito también XD
Isa: Su primito aun no pesa... -.-''
Clara: Pesará...
Isa: Tampoco habla...
Clara: Hablara...
Ainhoa: Creo que aun queda tiempo para eso...
Lau: Unos meses Claris.
Clara: chicas...
Raquel: ¿Qué ha pasado?
Clara:  Voy a ser mamá!!!! :'D
No me lo había planteado del todo hasta ahora, iba a tener un bebé en unos meses, iba a ser madre... Oh, madre mía, mis padres iban a flipar y los de Carlos también... También estaba lo que Carlos me preguntó el día de la boda de las chicas... Oh... Mi madre, tenía que hablar cuanto antes con ellos...
Dejé de hablar con las chicas y me senté en el sofá a ver la televisión y a cotillear el instagran y el twitter.
Carlos no llegaba y yo tenía hambre por lo que me coloqué los cascos y me dispuse a hacer la cena.
Carlos me dio un susto y comencé a maldecirle. Después me besó y me contó que los chicos y él se habían encontrado a Silvia... Esa cabrona estaba otra vez rondando...
Mientras cenábamos pensé en decirle a Carlos que teníamos que informar a nuestros padres sobre el bebé lo antes posible.
-Carlos....- Le llamé.
-¿Umm?.- Levantó la mirada de su plato.
-¿Como crees que reaccionarán nuestros padres con lo del bebé?- Carlos se atragantó y comenzó a toser.- Ejem... Creo que a mi padre no le hará demasiada gracia... Y creo que tu padre me capará...
No pude evitar soltar una carcajada a lo que Carlos me miró mal.
-¿Caparte? Carlos tienes veintidós años, ya no creo que te haga eso.
-Pero tu tienes veinte.
-Cariño, tranquilo, no va a hacerte nada.- Le acaricié la mejilla.- Siempre que te alejes de objetos puntiagudos.
Carlos puso mala cara y yo comencé a  reír.
Me acerqué a él  y le besé.
-Qué es broma.
-No tiene gracia...
-Claro que sí.
-No, ninguna...- Se picó, se levantó y llevó los platos a la cocina.
-Que tonto eres...
-¿Encima me vas a llamar tonto? Y eso que te había encargado un regalo... 
-¿A sí?.- Me levanté y me coloqué a su lado. - Lo retiro cariño eres muy listo y muy guapo y súper genial de todo.
-Convenida....
-¿Me das mi regalito?
-No, hasta mañana.
Me piqué y me fui al baño, me lavé los dientes y me tendí en la cama.
Carlos no tardó en aparecer y en rodearme con el brazo.
-No, ahora me dejas.
-Ah, pues no hay regalo...
-Pues no hay regalo.
-¿Se puede ser más picona?
-Sí, se puede, si te llamas Carlos.
-Ja ja ja.- Se rió sarcásticamente. 
Me volví y le besé.
-Ai que te quiero más.- Le dije.
Después de unas cuantas tonterías acabamos durmiéndonos. A la mañana siguiente me despertó el sonido de unas voces, Carlos no estaba a mi lado. Me levanté y fui al salón, a penas vi  el pelo oscuro de Álvaro por la puerta cuando Carlos me vio y me abrazó.
Álvaro ya se había ido.
-Ya tengo tu regalo.- Susurró en mi oreja.
-¿Donde está?.- Miré por todas partes y vi una enorme caja en el salón, la caja hacía ruidos.
Me abalancé sobre la caja.
-Mira peque, un regalo de papi.
Carlos se echó a reír y yo comencé a romper la caja.
-Con cuidado loca.- Me agarró de la mano.
Al abrirlo pude ver un precioso pajarito, bueno, era un papillero recién salido del cascarón porque era enano, estaba dentro de una enorme jaula de color morada con los comederos amarillos.
Abrí la jaula y cogí mi regalo sorpresa.
-Oh, es precioso.


-Como tú.- Me dijo Carlos.- Pero tu eres más guapa.
Sonreí y le di un beso a mi novio.
-Te quiero.- Me dijo en los labios.
-Y yo a ti.