viernes, 17 de enero de 2014

Capítulo 6: Sorpresa

*Laura*
Entre lo ocurrido con la peque, aunque quedó en solo un susto, la noticia de Ainhoa y mis pesadillas que iban en aumento, tenía los vellos de punta, no sabía qué podía pasar y estaba muy asustada.
-Pequeña-me llamó Dani.
-¿Eu?-lo miré distraída.
-Sí, tú-me dio con el dedo en la nariz-.Andas muy metida en tu mundo, ¿qué pasa?
-Nada-negué tratando de sonar convincente.
Odiaba mentirle a Dani, pero no quise preocuparle con mis tonterías.
-¿Segura?-me miró fijamente-Venga, cuéntame qué te preocupa.
Suspiré y me removí incómoda en el sofá.
-Te lo cuento, pero prométeme que no se lo dirás a nadie-le señalé con el dedo.
-Te lo prometo-me miró preocupado-.¿Es algo grave?
-Ainhoa está embarazada-solté rápidamente.
-¿Cómo?-abrió los ojos mucho-.Álvaro lo sabrá, ¿no?
-No y... No se lo digas-dije.
-Imposible, Laura, es mi mejor amigo, lo está pasando pésimo y va a ser padre, no puede permanecer al margen-se exaltó.
-Lo sé, todas lo sabemos, incluida Ainhoa, pero te he pedido que me prometieses no contarlo porque nosotras también se lo prometimos a ella-traté de mantenerme tranquila-.No lo hicimos por hacerle un mal a Álvaro, sino porque debe ser ella quien se lo diga.
-¿Y a qué espera?-me señaló.
-A poder reunir fuerzas, no es fácil sabiendo el por qué se separaron, Dani, nosotros no podemos meternos ahí, son asuntos de ellos y solo ellos deben resolverlos-hablé con calma.
-Si Ainhoa no se lo dice, lo haré yo-advirtió levantándose del sofá.
-Dani...
-Ahora no, Laura-entró a nuestra habitación.
Sentí un nudo en el pecho, se había enfadado. Miré mi móvil que había estado sonando.
Ainhoa: ¿Entonces os venís todas?
Isa: Sí, Blas se queda con la peque que no quiero sacarla aún
Raquel: Mejor... Yo también voy, en un rato estoy allí
Clara: Sí, yo también
Isa: Lau, ¿tú vienes?
Lau: Sí, ya salgo para allá
Me levanté del sofá y fui a la habitación, vi que Dani estaba sobre la cama con la guitarra.
-Dani, voy con las chicas a ver a Ainhoa-le avisé.
-Mmhum-asintió sin mirarme.
Cogí mi bolso y, antes de salir, me giré a mirarle de nuevo, no había levantado la cabeza de la guitarra mientras tocaba algo que no llegué a reconocer bien.
-Vuelvo luego-asintió como desganado-.Te quiero.
Cerré la puerta y salí de casa. Fui andando, es verdad que ya hacía algo de frío, pero me apetecía que el aire leve que corría, me diera en la cara para que me ayudara a pensar. Llegué en media hora al piso, subí en el ascensor y luego toqué el timbre, fui la última en llegar.
-Por fin, tardona-bromeó Raquel.
-Perdonad, es que he venido andando-me disculpé dejando el bolso a un lado y quitándome la chaqueta para sentarme junto a Ainhoa e Isa en uno de los sofás.
-¿Ha pasado algo?-preguntaron preocupadas.
Negué con la cabeza y comenzamos a hablar de algunos temas sobre el embarazo, no presté mucha atención e Isa lo notó.
-Lau, cuéntanos qué te pasa, porque es obvio que nada, no-todas me miraron.
-He discutido con Dani-apoyé los codos en mis rodillas y la cara en mis manos.
-¿Por qué?-preguntó Clara extrañada.
-Se ha enfadado porque Álvaro no sabe sobre el bebé-miré hacia el suelo-.Dice que si Ainhoa no se lo dice, lo hará él.
-Lo siento-se disculpó Ainhoa acariciándome el brazo.
-No es culpa tuya-la miré.
-Claro que sí, yo os he metido en esto sabiendo que los chicos defenderían a Álvaro como amigos suyos que son-me dijo-.Hablaré con él.
-¿Con Álvaro?-preguntó Raquel sorprendida.
-Primero con Dani y después con él...-suspiró-Necesito tiempo, pero debe saberlo antes de que se me empiece a notar la tripa.
Todas asentimos y le dimos nuestro apoyo.
-Chicas, ¿Álvaro sabe dónde estoy quedándome?-preguntó Ainhoa cautelosa.
-Que nosotras sepamos, no-dijo Isa-.¿Por qué?
-El otro día soñé que venía a buscarme-confesó-.Desperté feliz, pero al darme cuenta de donde estaba... Las hormonas me tienen de arriba para abajo como una montaña rusa-resopló.
-Las hormonas y que le echas de menos-le dijo Raquel.
-No puedo negarlo, es el padre de mi hijo-se encogió de hombros.
-Y el hombre al que quieres-Isa la miró fijamente.
-Chicas, ¿qué le pediríais a los chicos si ganarais la apuesta?-preguntó Clara sorprendiéndonos por el cambio brusco de conversación.
-No lo había pensado...-dijo Isa.
-Dani debe cantarme Me gusta-sonreí sonrojada-.Si logro que vuelva a hablarme...
-¿Perdona?-Isa me miró obvia-Estamos hablando de Dani, ese chico que se desvive por su pequeña y el tonto más enamorado del planeta-hizo gestos exagerados que consiguieron que todas riésemos-.¿O tú hablabas de otro Dani que no conozco?
Reímos y la abracé, siempre conseguía levantarme el ánimo.
-Yo le pediré que sea mi siervo durante tiempo indefinido-dijo la mami.
-Ala...-reímos-Yo quizás le haga alguna pequeña maldad a mi pastelito-dijo Raquel con una sonrisa malévola.
-Volvemos a quedar Álvaro y yo-dijo Ainhoa y nosotras nos miramos sin saber qué contestarle-.Si consigo dejar mi cobardía atrás, aprovecharía eso para intentar que me escuchara y así decirle lo del bebé.
-¿Quién te dice que no quiere escucharte?-pregunté ganándome su mirada.
-Nadie, es una excusa que pongo yo-confesó cabizbaja.
-Bueno, aprovecha el tiempo y piensa bien lo que quieres decirle, cuando te sientas preparada, lo citas aquí o en vuestro piso, os encerráis y se lo dices-dijo Raquel.
-¿Por qué tenemos que encerrarnos?-la miró extrañada.
-Primero porque así evitas que os interrumpan, segundo porque no podríais salir corriendo y, tercero, porque lo mejor de las peleas son las reconciliaciones-le guiñó un ojo pícara haciendo que se sonrojara.
-¡Raquel!-exclamó Isa y después estalló en risas.
-¿Qué?-rió su hermana.
-A saber cuántas reconciliaciones de ese tipo has tenido con tu pastelito-le dijo Clara.
-Quizás algunas...-respondió algo cohibida.
Volvimos a reír y sacamos temas de conversación más normales.
A eso de las siete, comenzamos a despedirnos y me fui con Isa en su coche.
-Suerte-me sonrió.
-Gracias-le devolví la sonrisa-.Mañana hablamos.
Esperé hasta que se hubo ido para entrar en casa. Estaba todo algo oscuro así que encendí la luz.
-¡Ya he vuelto!-exclamé para que me escuchara, pero no me respondió.
Suspiré, dejé el bolso y la chaqueta en el perchero y fui a la cocina a por un vaso de agua. Me quedé mirando los distintos imanes que teníamos pegados en la nevera, concretamente en uno que compramos en Roma durante nuestra Luna de Miel. Sonreí recordando el viaje y acaricié el imán hasta que noté unos brazos rodearme la cintura.
-Lo siento-me susurró apoyando su barbilla en mi hombro-.No quise gritarte antes, pero me puse en los zapatos de Álvaro y actúe sin pensar-pegó mi espalda contra su pecho-.Perdón.
Noté el ritmo de su corazón contra mí, estaba tranquilo, pero en su voz noté que de verdad estaba arrepentido.
-Ainhoa quiere hablar contigo para que no le digas nada a Álvaro, ella se lo va a contar, pero necesita unos días para pensar bien cómo decírselo-le dije.
-No debí haberme metido en eso, es cosa de ellos y no voy a decir nada a menos que sea necesario-dijo-.Laura...
-¿Qué?-le miré por encima del hombro.
-Me siento fatal por haberte gritado antes-dijo mientras me daba la vuelta para mirarme a los ojos-.De verdad que soy idiota, es mejor que empecemos de nuevo-se separó un poco de mí-.Hola, soy Dani.
-Hola, me llamo Laura-le seguí el juego algo curiosa y extrañada.
-Esto... ¿Vienes conmigo a tomar algo?-se rascó la nuca como si estuviera nervioso.
-Lo siento, Dani, pero estoy casada-alcé mi mano y le mostré mi alianza-y, aunque creo que mi marido no es muy celoso, no me apetece descubrirlo, hasta luego.
Me moví para salir de la cocina, pero Dani me detuvo el paso con un brazo y me devolvió a mi sitio frente a él.
-Laura, ¿qué puedo hacer para que me perdones?-me miró fijamente a los ojos.
-Estás perdonado, Dani-respondí sincera.
-Entonces dime qué tengo que hacer para que me sonrías-dijo.
-Si sigues con esa cara de perrito, no podré evitarlo-medio sonreí.
-No tengo cara de perrito-frunció en ceño con un asomo de sonrisa.
-Claro que sí-repliqué poniendo mis brazos alrededor de su cuello.
-Mentirosa-me susurró uniendo su frente con la mía-.Si no sonríes...
-¿Que pasa con mis sonrisa?-pregunté curiosa.
-Tus ojos y tu sonrisa son los primero en lo que me fijé de ti, lo que me convirtieron en un tonto enamorado-me apartó el pelo de la cara.
-¿Me estás echando la culpa de que seas tonto?-lo miré con una mueca falsa de sorpresa.
-¿Te has dado cuenta de que te has cargado un buen momento? Y encima me has llamado tonto-entrecerró los ojos mirándome.
-Ups-reí quitando mis brazos de sus hombros-.¿Lo siento?
-No, ahora mereces un castigo-me amenazó divertido.
Una alarma sonó en mi interior, no iba a dejar que me hiciera cosquillas...
-Primero tendrás que encontrarme-salí corriendo de la cocina y me escondí debajo de la gran mesa del comedor-salón.
-¡Laura!-gritó yendo a buscarme.
Me quedé quieta para que no me viera mientras pensaba dónde correr a esconderme que fuera más seguro cuando...
-No eres muy buena-me susurró.
-¡Ah!-grité asustada.
Traté de levantarme, pero Dani me cogió por el tobillo y caí tumbada, suerte que no había llegado a levantarme, el golpe habría sido fuerte, me dejó tumbada en el suelo y se puso encima de mí apoyando el peso en sus rodillas a cada lado de mi cuerpo y con sus manos llevó mis brazos por encima de mi cabeza.
-¿Ahora qué?-acercó su cara a la mía.
-Ahora esto-lo besé
Sonrió y me siguió el beso, pero se separó demasiado pronto para mi gusto.
-Ei-me quejé.
-Quiero una sesión de besos, pero no en el suelo, vas a coger una pulmonía-se levantó y me extendió sus brazo
Me levanté con su ayuda y me quedé frente a él.
-Siento haber sido tan brusca al darte la noticia del embarazo de Ainhoa y el haber actuado tan infantil ahora-bajé la mirada.
-Hey-me alzó la cabeza por la barbilla-.Antes no reaccioné bien, no debí haber actuado de esa manera, lo siento-me acarició la mejilla apenado-y no me importa que te den ataques de niña pequeña, así me gustas más.
-¿Solo te gusto más?-puse un puchero apenada, no había dicho que me quería.
-Si te amara más de lo que lo hago, me detendrían por exceso-me sonrió-.Te amo con toda mi alma, pequeña, lo eres todo para mí.
-Yo también te amo, Dani, eres mi vida-lo abracé.
Me devolvió el abrazo apretándome contra él y me elevó un poco del suelo.
Era un momento perfecto, éramos muy felices y nada podía estropearlo, bueno, eso pensé...
A la mañana siguiente, mientras Dani se duchaba y yo ponía una lavadora, el timbre sonó. Extrañada fui a abrir.
-Ups, ¿todavía sigue contigo?-me miró de arriba abajo mientras la sorpresa me hacía perder el habla.
-¿Quién es?-preguntó Dani acercándose por detrás de mí.
-¡Sorpresa, bonito!

jueves, 2 de enero de 2014

Capítulo 5: Una gran decisión

*Raquel*
Mi amiga estaba dolida, Sara había dado justo en el clavo para causarles dolor a ambos. Ainhoa salió corriendo a la cocina y nosotras detrás de ella.
-Cariño, ¿qué pasa?-le pregunté mientras la abrazaba.
-Es que... chicas no puedo evitarlo, le quiero aún y que tu hija haya dicho eso... es que de verdad que no puedo.- Dijo entre sollozos.
-Lo siento, de verdad que Blas y yo hemos hablado con ella, pero la peque es muy pequeña aún y no lo entiende- dijo Isa.
-O no quiere entenderlo- dijo Clara.
-No pasa nada- le dijo Ainhoa mientras mi hermana la abrazaba- lo entiendo.
-Bueno, deberíamos volver al salón, no me fío un pelo de esos cinco- dijo Clara.
-Si necesitas cualquier cosa, estamos aquí, para lo que necesites- dijo Laura.
Las cinco salimos de la cocina y los chicos se quedaron en silencio.
-¡Papi!- exclamó Sara haciendo que mi cuñado se volviese hacia ella.
-¿Qué pasa princesa?.- Le  preguntó mi cuñado.
-Es que... No she omo esirlo...- La peque rió.
-Vamos, no pasa nada.- Dijo Dani.
-Jejeje, es que mami y papi me an a egañar.
-No te vamos a regañar, vamos ¿qué pasa?- le preguntó mi hermana.
-He oto una osa...
-¿El qué, peque?- preguntó Lau.
-Esto...- Sacó un collar destrozado y pintado de color amarillo.
Isa puso mala cara y después miró a otro lado.
-Conque tú tenías el collar de la abuela.- Le dijo tras respirar profundamente mi hermana.
-Shi....
-No se hace Sara, está mal.- Le dijo Blas serio.
-No me egañes, tu unca lo haces papi.- Dijo con los ojos cristalizados.
-Pues ya es hora de hacerlo ¿no?- le dijo mi cuñado mientras la peque empezaba a poner pucheros.
-Papi... -comenzó a soltar lágrimas y Blas a morderse el labio mientras miraba a mi hermana y le susurraba- es que... no puedo enfadarme con ella.
-Ni se te ocurra cogerla en brazos ahora.- Le respondió Isa seria mientras Blas ponía pucheros como la peque, eran clavados.- Así nunca aprenderá.
-Bueno, yo no soy su padre así que.- Dijo Dani antes de moverse para cogerla en brazos.
-¡Tú quieto!.- Le dijo mi hermana y Dani le hizo caso.
David se levantó y cogió a nuestra sobri en brazos mientras mi hermana le miraba mal.
-No he podido resistirme.- Le dijo y se la trajo al asiento en el que estábamos los dos.
La peque apoyó su cabecita en el hombro de mi novio y pasó sus brazos alrededor.
-Te quero tito.
-¡Es que eres más mona!- exclamé mientras le daba un beso en la mejilla y esta sonreía.
-Me la estáis malcriando, todos.- Dijo mi hermana y después de suspirar sonrió- que se le va a hacer ¿no?
Todos reímos, menos Ainhoa, ella estaba cabizbaja y no dejaba escapar ni una sonrisa, le pasé la mano por el hombro y la abracé ante la atenta mirada de Álvaro.
Después de un largo rato de risas y charlas sobre quién malcriaba más a mi sobri, su papi la cogió en brazos y se la llevó, la pequeña llamó a mi hermana y se fue con ellos.
-Pronto nos tocará a nosotros.- Le dijo Carlos a Clara y la besó tiernamente.
-¡Oh!- exclamamos todos y ellos se sonrojaron.
Cuando Isa y Blas bajaron sin la peque, se me ocurrió una idea.
-¿Os acordáis de la apuesta cuando Isa estaba embarazada?- dije y todos asintieron.- Bien, he pensado en hacerla de nuevo, ¿que os parece?
Todos sonrieron y acabamos con un papel y un bolígrafo con la apuesta en marcha de nuevo.
-Bueno, empecemos con sus padres.- Dijo David, que era el que estaba apuntando.
-Yo creo que será niña- Dijo muy convencida.
-Pues yo estoy más que seguro de que será un niño, guapo y listo como yo.
-Bueno, sin pasarnos, esperemos que se parezca a su madre, tanto si es niña como si no.- Dijo David y todos reímos mientras Carlos le pegaba en el brazo.
-Sigamos.- Dijo Dani.- Yo, que tengo unas grandes dotes en el mundo de la adivinación, digo que será... mm, niño, por una vez estoy con Carlos.
-Pues yo digo que será niña, será guapísima como sus padres y achuchable como su primita.- Dijo Lau.
-Eso de achuchable... Conozco a una que es mil veces más achuchable.- Dijo Dani y abrazó a Laura.
-No, mi hija es más achuchable, y mi mujer también.- Dijo Blas.
-¿Tú que crees que será?.- Le preguntó Carlos a Isa.
-Yo estoy con Carlitos, será niño, además si lo es seguro que es una monada.
Carlos se levantó y le chocó los cinco a mi hermana.
-Yo no estoy de acuerdo, digo que será niña.- Dijo Blas.- Las niñas son más buenas.
-Bueno, eso está por ver... Si sale a su padre...- Dijo Dani.
David miró a Ainhoa esperando una respuesta.
-Yo digo que será una niña.
-¿Y tú?.- Le pregunté a Álvaro.
-Un niño, pero estoy con los demás, espero que se parezca a Clara.
-Yo digo que será un niña.- Dije y mi novio apuntó.
-Pues yo digo que será niño- dijo David y sonrió.- Será divertido ver como volvemos a ser igual de chicos que de chicas, aunque no serán novios.
-¡Para nada!- exclamó Blas.- Aparte de ser demasiado pronto para saber eso, no dejaría a mi peque en brazos de su hijo.- Señaló a Carlos y este le miró mal.
Tras muchas risas todos nos marchamos dejando a mi hermana y cuñado solos de nuevo. Ainhoa se negó a venir a casa con nosotros por lo que David y yo volvimos solos.
Al llegar a casa, David me abrazó y comenzó a besarme.
-¿De verdad no podemos tener uno?.- Preguntó con voz de niño pequeño.
-No, aún es pronto, ¿no te parece?- le dije y él suspiró.- Por ti esperaré.
-Ibas a esperar de todos modos.- Le dije y el me miró con los ojos y la boca muy abiertos.
-Bueno, sí, tienes razón, deberíamos esperar, porque antes aún quiero hacer una cosa.
Le miré interrogante mientras él parecía perdido en una idea, entonces le saqué de ella con un beso.
-¿Qué crees que acabará pasando con Ainhoa y Álvaro?-pregunté.
-No lo se, pero ojalá que vuelvan, Álvaro está muy mal y necesita a Ainhoa, lo comprendo porque no se que haría si tú me dejases, creo que no podría soportarlo y no volvería a ser el mismo.
-Es que te quiero, a mi también me es imposible pensar como sería sin ti.
Comenzamos a besarnos lentamente y con dificultad llegamos a nuestra habitación donde David se tropezó con unos pantalones que había dejado allí esa misma mañana y caímos a la cama entre risas, pronto volvimos a ser uno, como tantas otras veces.
A la mañana siguiente me desperté con el sonido de mi móvil, me levanté y descolgué, era Ainhoa.
-Raquel, ¿puedo pedirte un favor?
-Claro amor, lo que sea.
-Verás, tengo cita con el médico para los resultados de unos análisis y me gustaría que vinieses conmigo, no me gusta demasiado ir sola a los hospitales.
-Claro que iré, ya sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.
-Gracias, es a las diez.
Miré el reloj digital de la mesita de noche, marcaba las nueve y cuarto.
-En menos de media hora estoy ahí.
Las dos nos despedimos y colgué, al girarme de nuevo a la cama David me miraba fijamente, me dio la mano y tiró de mí hacia él colocándome sobre su pecho.
-Buenos días, preciosa.
-Buenos días amor.- Le di un beso en los labios y pasé mis manos por su cuello mientras él pasaba las suyas por mi espalda.- Tengo que prepararme para ir al médico con Ainhoa.- Dije al ver que a este paso hoy no me levantaría de la cama.
-¿Está bien Ainhoa?- me miró preocupado.
-Vamos a recoger el resultado de varias pruebas que se ha hecho.
David pareció despreocuparse y yo me levanté de la cama y fui a ducharme y desayunar.
A las diez Ainhoa y yo ya estábamos en la sala de espera, el médico se retrasaba. Las chicas nos hablaron por el grupo de mis amores.
Clara: Buenos días!!!
Isa: Claris, me encanta que des los buenos días, pero es el único rato que tengo para descansar, Sara a penas duerme últimamente V.V
Lau: ¿Y eso?
Isa: Está revoltosa y no quiere dormir.
Raquel: Buenos días perezosas.
Clara: ¿Perezosas? :O
Ainhoa: Pasad de ella, yo lo hago.
Miré a mi amiga y esta se encogió de hombros mientras sonreía.
Clara: ¿Qué estáis haciendo?
Isa: Intentar dormir a Sara... Otra vez, creo que tiene un poquito de fiebre... :S
Lau: ¡Pobre! si ves que va a más, llévala al médico.
Isa: Sí, eso haré, esta mañana Blas se ha ido muy preocupado, bueno, ¿qué hacéis las demás? 
Raquel: En el médico, esperando los resultados de unas pruebas de Ainhoa.
Lau: :O :O Cuando los tengas avisa.
El médico llamó a mi amiga y ambas entramos en la consulta, estaba muy sonriente. Nos hizo un gesto para que tomásemos asientos.
-Bien, Ainhoa, ya hemos descubierto a qué se debía su malestar.
Sin dar más rodeos, el médico nos aviso y mi amiga se quedó muy sorprendida, tanto quizás como yo.
Salimos y nos metimos en el coche, donde mi amiga se echó a llorar y me abrazó. Me metí en la conversación de WhatsApp.
Raquel: Ya tenemos los resultados.
Clara: ¿Qué ha salido?
Ainhoa: No se como decir esto...

*David*
Lo tenía más que decidido, sabía lo que tenía que hacer, ahora solo me quedaba decidir como y cuando.
-¿David? ¿Estás o no estás?- me preguntó Carlos.
-Sí, bueno, chicos, es que yo...
-Oh, esto me huele a que necesitamos hacer un pequeño descanso para que nos lo cuentes.- Dijo Dani y avisamos a Magí de que descansaríamos unos minutos.
Me quedé un poco pensativo mientras todos me miraban, les expliqué que era lo que quería.
-¡Eso está genial!- exclamó Álvaro mientras el resto me decía más de lo mismo.
-El problema es que no se como decírselo, veréis, ella es muy importante para mí y siento que se merece lo mejor... pero y si...
-No le des demasiadas vueltas, sabemos lo que sientes.- Me dijo Blas mientras apoyaba su mano en mi hombro.
-Fíjate en mí, se lo pedí de improviso y aún así me dijo que sí.- Dijo Carlos.
-Sólo debes pensar en que la quieres y que te aceptará.- Dijo Dani.
-Estoy de acuerdo, seguro que te dice que sí.- Dijo Álvaro.
-Pero no se bien como hacerlo..
-Sólo déjate llevar, dile todo lo que sientes y estoy más que seguro que no lo olvidará jamás, eres el pastelito ¿no?, pues demuéstraselo.
Los chicos me dieron buenos consejos y entonces, mientras Raquel estaba con las chicas preparé la casa para ello.
Hice la cena, como pude, preparé la mesa y lo puse todo lo más romántico que pude.
Oí la puerta y me asomé a darle la bienvenida a mi chica, pero junto a ella venía Ainhoa, no podía decirle eso a Raquel con alguien delante, no me molestaba pero no me saldrían las palabras adecuadas y acabaría destrozándolo todo.
-David, Ainhoa se va a quedar un par de días.- Me dijo Raquel y entonces, tan rápido como pude quité todo lo romántico.
Les serví la cena y yo me fui a la cama, no tenía demasiada hambre, tener a Ainhoa en casa me encantaba, pero precisamente hoy no es que fuera de mi agrado.
Raquel se acostó a mi lado y me comenzó a besar el cuello.
-¿Te ha molestado?
-No, para nada, me encanta que esté aquí.
Raquel sonrió y comenzó a besarme lentamente, me contó el por qué de que Ainhoa se hubiese quedado.
-¿Y lo sabe Álvaro?- pregunté nervioso.
-No, solo las chica y tú.
-Bueno las chicas ya se lo habrán dicho a los chicos, Ainhoa debería decírselo a Álvaro.
-Lo se, pero se niega a hacerlo, dice que eso estropearía más las cosas y le robaría la libertad de estar con quien quiera.
-Pero Álvaro solo quiere estar con ella.
-Sí, pero ella no lo sabe.
Raquel y yo nos dormimos y por la mañana, al levantarme, no estaba ahí, oí mucho alboroto fuera de la habitación y entonces cuando menos lo esperaba, mi móvil pitó.
Blas: Chicos, hoy no puedo ir al ensayo, Sara tiene mucha fiebre y estamos pensando en llevarla al hospital.
Dani: ¿Que qué? Oh, mi pobre peque, Lau y yo vamos para allá.
Blas: No, eso la pondrá nerviosa.
Álvaro: Pero ¿qué mal puede hacer eso?
Blas: Raquel ya se ha ofrecido a venir.
David: Si va Raquel, yo también voy.
Carlos: Bueno pero mantenernos avisados en todo momento.
Me levanté y cambié deprisa, Raquel estaba en el salón con Ainhoa, esta estaba sentada en el sofá.
-Raquel, voy contigo.
-No, tranquilo, tú quédate en casa.
-No, esa niña es mi sobrina y tú mi novia, así que voy contigo.
Sin discutir más, nos marchamos los dos a por Sara, Blas e Isa que ya nos estaban esperando en la calle.
-¿Cómo está?- pregunté.
-Con casi cuarenta de fiebre.- Dijo Blas muy nervioso. Ambos estaban realmente asustados, y nosotros también.
Conduje deprisa hasta dejarlos en la puerta de emergencias, Raquel se bajó con ellos mientras yo buscaba aparcamiento. Al encontrarlo, me bajé deprisa y llamé a Raquel, me dijo que estaban en la sala de espera. Fui todo lo rápido que pude y me encontré a Raquel sola.
-Ya han entrado.- Me dijo mientras miraba una puerta.
-Tranquila, todo va a salir bien.
Blas salió y nos dijo que iban a darle una medicina para que le bajase la fiebre y que no nos preocupásemos, después volvió a entrar.
-Raquel.- La llamé- se que no es el mejor momento, pero quería decirte algo muy importante para mí, verás, anoche preparé todo para que estuviese perfecto para ti, porque eres lo más importante que me ha pasado jamás, y porque para mí te mereces lo mejor, llevo mucho intentando estar a tu altura para darte lo que te mereces, te quiero, te amo, te necesito, y aunque jamás consiga ser ese chico que tanto te mereces, quiero pasar el resto de mi vida junto a ti, poder despertarme cada mañana a tu lado, tener una casa más grande juntos, tener hijos y lo más importante, poder hacerte feliz día a día,- estaba llorando, suspiré profundamente, saqué el anillo y se lo pedí- Raquel, ¿quieres casarte conmigo?