viernes, 7 de marzo de 2014

Capítulo 10: ¿Qué mas da?, soy feliz

*Laura*
Por fin parecía que andaban bien las cosas en el grupo, no hay nada peor que saber que alguien que ya consideras tu familia está mal...
-Lau, ¿estás aquí?-preguntó Dani mirándome.
-¿Qué?-sacudí la cabeza mirándole.
-Pareces en tu mundo-me sonrió-.¿Qué te pasa?
-Nada, solo pensaba-me acomodé mejor contra él.
-¿En qué?-me acarició el pelo.
-Estoy feliz porque Álvaro y Ainhoa ya hayan arreglado lo suyo-sonreí.
-Sí, yo también-me dio un beso en la cabeza-.Aunque deberías ver a Álvaro, está que no para quieto hablando de su futuro hijo a cada rato.
-Está emocionado por ser papá-reí levemente.
-Se nota a kilómetros de distancia, a veces pienso que se va a poner a llorar o a saltar como un niño-negó con la cabeza divertido.
-Eso es buena señal-me encogí de hombros.
-Sí, aunque yo mejor ni hablo porque el día que me digas que vamos a ser padres, se va a enterar medio mundo-me apretó contra él.
-Eres un loco-reí revolviéndole el pelo.
-Loco por ti-me dio con el dedo índice en la nariz.
-Ni se te ocurra decir eso, a ver si me van a meter en la cárcel-puse una mueca.
-Y a mí en un manicomio-puso un puchero.
-Eso no estaría mal-reí.
-Gracias ¿eh?-dijo sorprendido.
-Si es broma, tonti-me acerqué a darle un beso.
-No, el daño está hecho y lo guardo aquí-se señaló el corazón.
-Jo, qué sensible eres-me acurruqué contra él.
Permanecimos un rato en silencio abrazados, hasta que él habló.
-Lau...
-Dime-susurré.
-¿Por qué nosotros no conseguimos que te quedes embarazada?-preguntó un tanto triste.
-Apenas llevamos un par de semanas intentándolo, quizás sea cuestión de tiempo-respondí mirándole.
-Blas e Isa lo consiguieron en un descuido, sin planearlo, Carlos y Clara igual y Álvaro y Ainhoa en un arrebato que les dio cuando ella fue a por sus cosas al piso...-enumeró-¿Por qué nosotros que lo estamos planeando no lo conseguimos?
-Hay que tener paciencia, cielo-le sonreí mientras le acariciaba la mejilla-.No siempre es fácil o pasa de la misma forma que para los demás.
-Bueno, pero sabes que la paciencia no es uno de mis puntos fuertes-resopló.
-Tranquilo, el día que me entere que estoy embarazada serás el primero en saberlo-prometí.
-¿De verdad?-me puso ojitos.
-De verdad-le sonreí.
-Te tomo la palabra-me señaló.
-Vale-reí-, pero ahora vamos a dormir.
-¿No quieres seguir intentando buscar a la pequeña Laura?-preguntó pícaro.
-Son las tres de la mañana y me gustaría dormir-me acurruqué-.Mañana seguimos buscando al pequeño Dani.
-¿Por qué pequeño Dani?-preguntó curioso.
-¿Y porqué pequeña Laura?-me encogí de hombros.
-Porque quiero una niña igual a su mami-me abrazó.
-Y yo quiero un niño igual a su papi-di por finalizada la discusión dándole un beso a Dani en los labios-.Buenas noches, te quiero.
Me volví a acurrucar contra él y empecé a quedarme dormida. Odiaba el frío de invierno, pero tengo que reconocer que me encantaba el poder estar así de acurrucada con Dani. Supongo que el invierno no solo tiene cosas malas.
Por la mañana, me desperté acurrucada en la cama y sola, Dani no estaba por ningún lado, me levanté un poco, aun con los ojos medio cerrados, y vi su móvil en la mesita de noche, eso quería decir que no había salido de casa.
-¿Dani?-pregunté atontada.
-Un momento-gritó.
Al poco rato apareció vestido y peinado.
-¿A dónde vas?-pregunté sentándome en la cama.
-Al estudio, tenemos que mirar algunas cosas de la próxima gira-se sentó a mi lado-.¿Te quedarás todo el día aquí?
-No creo, llamaré a las chicas a ver qué van a hacer ellas-respondí.
-Nos vemos a la noche-se me acercó para darme un beso.
-Vale-le sonreí.
-Te quiero-me acarició la mejilla.
-Y yo a ti-le besé de nuevo.
Cuando se hubo ido, me estiré y resoplé mirando la hora, eran las diez y yo no me iba a dormir de nuevo, no podría, así que cogí el móvil y abrí el grupo de WhatsApp que tenía con las chicas.
Lau: ¡Buenos días!
Clara: Hola, hola
Raquel: ¿Qué tal, chicas?
Ainhoa: Amodorrada perdida, no me apetece levantarme de la cama hoy :/
Clara: Ahí estamos iguales jajaja
Isa: Como se nota las futuras mamis, solo quieren dormir jajaja 
Ainhoa: Y hace frío :(
Raquel: Los chicos no están hoy, ¿qué hacemos?
Lau: Yo he pensado en quedada de chicas, ¿qué os parece?
Isa: ¡Genial! Seguro que a Sara le encanta hacer una quedada de chicas :P
Clara: Seguramente jajaja
Ainhoa: ¿Dónde quedamos?
Raquel: En el piso de chicas, así tenemos más intimidad ;)
Isa: Buena idea, no vaya a ser que nos pase lo de la última vez jajajaja
La última quedada de chicas que hicimos, la verdad es que la liamos un poco porque pusimos un concierto de Pablo Alborán en el DVD y los chicos nos pillaron llorando con las canciones más emotivas y alabándolo como si estuviéramos en un concierto de verdad. Sí, las cinco éramos fans incondicionales del malagueño.
Clara: Fue buenísimo, lo que daría por haber grabado las caras de los chicos
Ainhoa: Para enmarcarlas jajajaja
Lau: Aunque después se pican más de la cuenta... Hay un rubio que me ha estado controlando bastante la lista de mi reproductor ¬¬
Raquel: Jajajaja no me lo creo, vaya con Dani xD
Isa: ¿Qué os parece la idea de comer en el piso también?
Clara: Guay, aunque no habrá nada

Lau: Si queréis yo paso a comprar, me pilla de camino el súper
Ainhoa: ¡COMPRA CHOCOLATE!
Clara: MUCHO chocolate, plis
Lau: A la orden jajaja
Raquel: Entonces nos vemos en un rato por allí
Isa: Sí, sobre la una o una y media ^^
Dejé el móvil sobre la mesita de noche y entré a la ducha. Desayuné tranquilamente, recogí la habitación y salí de casa, llegué al piso media hora después de haber pasado por el súper y de comprar todo lo necesario.
-Hola, chicas-dije mientras entraba.
-Hola-Raquel vino a ayudarme.
-¿Cómo es que has tardado tanto?-me preguntó Isa curiosa.
-Vengo andando y en el súper había cola-expliqué-.¿Cómo está la princesita?
-¡Anina!-me echó los brazos.
-Oye, Lau-me llamó la atención Isa.
-Dime-la miré mientras jugaba con la peque en brazos.
-¿Te has hecho algo?-parecía que me estaba analizando con la mirada.
-Algo como qué-la miré extrañada.
-No sé, se te ve diferente-dijo.
-Espero que sea un cumplido-me reí.
-Anda, vamos a empezar con la comida-dijo Ainhoa.
-Eso, empiezo a tener hambre-Clara puso una mueca mientras se acariciaba la tripa con una mano.
-Pues pongámonos manos a la obra-dije mientras ponía a Sara en la trona que Isa le había traído.
Entré y salí de la cocina rápidamente, Isa estaba haciendo patatas fritas y el olor me dio náuseas, así que salí más rápido de lo que entré y me dediqué a poner las cosas en la mesa.
-Chicas...-suspiré mientras poníamos la mesa.
-¿Qué pasa?-todas dejaron lo que estaban haciendo y me miraron.
-Dani y yo llevamos dos semanas intentando que me quede embarazada y no hay manera...-comenté cabizbaja.
-Hey, tranquila, eso no siempre es cuestión del azar-Isa corrió a mi lado y me abrazó.
-Tiene razón, puede llegar de imprevisto en cualquier momento, además que aún es pronto para que sepas con seguridad si estás embarazada o no-me animó Clara.
-Ya...-me pasé la mano por el pelo-El problema no es solo ese, sino que tengo miedo-confesé.
-¿Miedo a qué?-Raquel me miró ceñuda.
-A Diana-respondió Ainhoa por mí.
-Sí...-susurré mordiéndome la uña del pulgar-.Sé que debería pasar del tema, pero no puedo evitar sentir miedo por si se acerca a nosotros, por si tengo un hijo y que le haga daño a él para desquitarse de mí.
-Te entiendo porque me ha pasado lo mismo-me sonrió Ainhoa-.No hablé con Álvaro antes por temor a lo que Silvia pueda hacernos, pero lo mejor es que la olvides, forma tu propia familia le pese a quien le pese.
-Cielo, no puedes depender de que esa esté al acecho para atacar o no, así solo conseguirás que se pase el tiempo en vano-me dijo Raquel.
-¿Qué me aconsejáis?-las miré.
-Que le des el gusto a Dani de tener el bebé y forméis vuestra familia-me dijo Clara.
-No le des el gusto a la arpía esa de verte mal o con miedo, afróntala y dale con un palmo de narices al verte feliz con Dani y tus hijos-añadió Isa.
-Gracias, chicas-les sonreí y nos dimos un abrazo grupal.
-¡Yo quero!-exclamó Sara sobresaltándonos-.Anina, abaso.
Todas sonreímos y yo me acerqué a ella para darle un abrazo.
-Yo quero un pimo tuyo, anina-me susurró.
-Pronto, princesa-le sonreí.
-¡Bien!-exclamó.
Todas reímos con ternura y terminamos de poner la mesa para poder comer. Sara se durmió viendo dibujitos, así que su mami la llevó a una de las habitaciones y después vino a sentarse con nosotras en el salón. Pasamos la tarde viendo películas y hablando prácticamente de todo. Cuando la peque despertó, la sentamos con nosotras y ahí estuvimos hasta que tocaron a la puerta.
-¿Quién será?-preguntó Ainhoa.
-Vete a saber-dije mientras me ponía de pie.
-¿Vas tú a abrir?-me preguntó Clara.
-¿Quieres ir tú?-la miré y ella negó con la cabeza-Pues voy yo, vaga.
-No soy yo, es el bebé-replicó y todas soltamos una carcajada.
Abrí y me sorprendí al encontrarme a los chicos.
-Hola-les miré extrañada.
-¿Estáis aquí todas?-me preguntó Blas.
-Sí-respondí mientras les dejaba pasar.
-El móvil para nada ¿no?-nos regañó Álvaro.
-Ups, lo siento, lo dejé en el bolso y no lo he escuchado-se disculpó su chica entre risas.
-Me tenías preocupado, pequeña-me dijo Dani con los brazos cruzados.
-Perdón-puse ojitos y un puchero.
Sonrió y me abrazó para después darme un beso pequeño e ir a sentarnos con los demás.
-¿Qué hacíais?-preguntó Carlos.
-Por favor, si habéis estado viendo cualquier cosa sobre Pablo Alborán, evitad responder-nos advirtió David.
-Hemos comido juntas y luego hemos estado hablando del embarazo de las chicas y de la apuesta-respondió Clara.
-Lo del otro día fue un antojo de Ainhoa y todas le dimos el capricho y ya nos aprovechamos también-Raquel se encogió de hombros.
-¿En serio?-Álvaro miró a su novia con una ceja alzada.
-¿Qué?-elevó los hombros un poco cortada-No querrás que el bebé salga con la cara de Pablo Alborán ¿no?
-Yo no me quejaría-dije rápidamente y las chicas asintieron dándome la razón.
-Ah, qué bien-Dani se picó.
-Ups-le miré algo arrepentida.
-Nada, nada-hizo un gesto con las manos y se echó hacia atrás en el sofá-.De todos modos me da igual, nuestro bebé será una niña.
-De eso nada, monada-hice morritos.
-¿Aún no estás embarazada y ya estáis discutiendo?-se burló Blas.
-Es que yo quiero un pequeño Dani, que se llamaría Rubén, claro está-me defendí.
-Y yo quiero una pequeña Laura que se llamará Alba-añadió Dani.
-¿Eso quiere decir que estáis buscando?-nos preguntó Álvaro.
-Sí-respondió Dani mientras me abrazaba.
-Eso es bueno-David nos guiñó un ojo pícaro y yo me sonrojé.
Reímos y seguimos un rato más allí, tanto que decidimos pedir pizzas y cenar todos juntos.
Ya tarde, decidimos irnos a casa y, nosotros al llegar, nos encontramos a Diana en la puerta... ¿Ahora qué narices quería la petarda aquella?
-Hola, bonito-exclamó acercándose a nosotros.
-Hola-Dani estaba incómodo.
-Cielo, voy a entrar-miré a Dani que me asintió con una pequeña mueca.
Abrí la puerta con mi llave y la dejé entornada, iba a quedarme escuchando, pero preferí que lo mejor era que Dani después me contara lo que quería esa. Así que fui directamente a mi habitación a cambiarme, estaba cansada aunque no hubiera hecho nada, no sabía qué me pasaba, pero llevaba unos días que me sentía agotada con nada que hacía y no quise decírselo a nadie para que no comenzaran a preocuparse por nada. Terminé de ponerme el pijama sintiendo náuseas, odiaba aquella sensación, y tuve que correr al baño.
-Laura-me llamó Dani.
-Un minuto-dije como pude.
-¿Qué te pasa?-entró deprisa en el baño y se arrodilló a mi lado recogiéndome el pelo.
-Creo que no me ha sentado bien la comida-cogí un trozo de papel higiénico y me limpié.
-¿Qué habéis comido?-me ayudó a levantarme.
-Filetes y patatas, pero yo solo filetes-respondí.
-¿Y eso?-me miró curioso.
-No me apetecía nada más-me encogí de hombros.
-Vente, anda y acuéstate-me dejó sobre la cama-.Voy a prepararte una manzanilla.
-No hace falta-protesté.
-Ahí te quedas-me señaló con el dedo y salió de la habitación.
Me crucé de brazos y decidí levantarme para volver a ir al baño y lavarme los dientes, cuando acabé, me fui a la cocina, allí estaba Dani buscando en la alacena.
-Está al fondo-dije divertida.
-Gracias-la encontró y después se giró a mí-.Creo haberte dicho que te quedaras en la cama.
Me encogí de hombros y me senté sobre la encimera viendo cómo Dani preparaba la manzanilla.
-¿De qué has hablado con Diana?-pregunté tranquilamente.
-De lo mismo de siempre-suspiró-, quiere que te deje y que empiece algo con ella.
-¿Qué vas a hacer?-pregunté temerosa.
-Pasar de ella, como siempre, a ver si así se cansa de una vez y nos deja en paz-apretó los puños-.Ni ella ni sus amenazas van a conseguir apartarme de ti.
-¿Te ha amenazado?-abrí los ojos como platos.
Eso era nuevo para mí y no me había gustado. ¿En serio le estaba amenazando? Menuda bruja...
-Son estupideces, no hay que tomarla en cuenta-le restó importancia con un ademán de manos y se acercó a mí-.¿Ves esto?-pasó su dedo sobre mi alianza-Esto es lo que nos une de por vida.
-¿Solo esto?-puse cara de pena.
-Por ahora esto y nuestro amor-me sonrió-, en un futuro también lo harán nuestros hijos.
-¿Cuántos quieres tener?-le devolví la sonrisa pasando mis manos por su cuello.
-Los que quieran venir-se encogió de hombros.
-Te quiero-uní mi frente con la suya.
-Yo te amo-me besó.
Nos separamos, terminó de prepararme la manzanilla e hizo que me la tomara entera, lo hice aunque a regañadientes, odiaba la manzanilla, no me gustaba siquiera el olor, pero lo hice porque me obligó. Cuando terminé, me cogió en brazos.
-Ahora a dormir.
-Dani, puedo andar-me quejé entre risas.
-No me importa-se encogió de hombros, me dejó en la cama y me dio un pequeño beso-.Esta noche te dejo tranquila porque te encuentras mal.
-Qué idiota eres-me sonrojé.
-Hey, te has puesto roja-exclamó divertido.
-Mentira-me tapé hasta arriba.
-Es verdad-soltó una carcajada.
Me mantuve tapada hasta la cabeza y callada hasta que Dani se metió en la cama por el otro lado y me abrazó.
-Anda, no te piques-me dio un beso en el brazo.
-No me pico-me destapé y le miré.
Me sonrió y yo me acomodé para acurrucarme contra él.
-¿Sabes?, la peque me ha pedido un primito-sonreí.
-A mí también-jugó con mi pelo.
-Pronto le daremos el regalo-dije decidida.
-Seguro-me sonrió y me dio un beso en la frente.
Seguí acurrucada hasta que me quedé completamente dormida.
-¿Qué haces aquí?-le pregunté asustada.
-¿No es obvio?-me miró alzando las cejas-Vengo a deshacerme de esto.
-No le toques-le advertí.
-¿O qué?-rió-No me das miedo y, si esto es lo que te une a Dani, no me va a temblar el pulso para quitarlo del medio.
-No des un paso más.
Diana rió antes de...
Me desperté y me senté en la cama completamente sobresaltada y con la respiración entrecortada, había una pesadilla, pero la había sentido tan real, que me daban hasta escalofríos. Miré a Dani que se removió un poco pero siguió durmiendo, no se había dado cuenta. Inspiré hondo para tratar de normalizar mi respiración, pero me entraron náuseas, así que tuve que correr al baño. Después de haberme limpiado y lavado los dientes, me di cuenta de que no quedaba papel higiénico, así que abrí el armario para sacar un rollo nuevo y fue cuando vi el paquete de tampax... Abrí los ojos como platos, había algo que se me había olvidado por completo. Volví a la habitación, cogí mi móvil y comprobé la última vez que me había bajado, vale, debería haberme bajado hacía dos semanas y, bueno, yo era muy regular. Volví al baño y rebusqué en mi neceser hasta que encontré lo que Raquel me había regalado por mi cumpleaños hacía un par de meses, un test de embarazo para que comenzara a buscar, como estaba casada, me dijo que era lo que me tocaba, aunque fue una broma, después me regaló otra cosa.
-¿Laura?-escuché la voz adormilada de Dani desde la habitación.
-Un momento-le dije y cerré con pestillo.
-¿Pasa algo?-esta vez le escuché detrás de la puerta del baño.
-Dame un minuto-me hice la prueba y, antes de esperar al resultado, salí del baño.
-¿Qué pasa, pequeña?-me acarició la mejilla apartándome el pelo de la cara.
-He vuelto a vomitar y he recordado que tengo un retraso, así que he usado lo que me regaló Raquel para mi cumpleaños-le tendí el test-, no sé qué saldrá, hay que esperar cinco minutos.
-Vente-me dio la mano y fuimos a la habitación.
Nos sentamos en la cama y Dani puso aquel chisme delante de nosotros, pero yo no podía mirarlo, estaba muy nerviosa, así que me escondí en la espalda de Dani, que él lo mirara y después me dijera, sentía que me iba a dar algo.
Al fin, después de unos minutos, sentí cómo Dani se erguía.
-Laura...
-No, ¿verdad?-pregunté temerosa aún detrás de él.
-No sé cómo funciona-dijo algo avergonzado.
Me levanté corriendo, fui al baño a coger las instrucciones y después volví con Dani.
-Aquí dice que si sale rayita es que no, pero si sale cruz es que sí-me quedé de pie frente a él.
-Entonces, me temo que vas a seguir teniendo retrasos-se levantó de la cama.
-¿Cómo?-fruncí el ceño.
-Pequeña-se acercó a mí y puso su mano derecha en mi mejilla-, estás embarazada.
-¿De verdad?-abrí muchísimo los ojos.
-Eso es lo que dice el test, aunque me quedaría más tranquilo si fueras al médico-unió su frente con la mía.
No pude evitarlo, me colgué de su cuello y comencé a llorar.
-Hey, no llores-me apartó de él y me limpió las lágrimas.
-Dani, vamos a ser padres-exclamé emocionada.
-Sí, mi pequeña, sí-me besó.
-¿Y qué prefieres, Rubén o Alba?-le miré sonriente.
-¿Qué más da?, soy feliz-me abrazó fuerte y me besó.
No podía creérmelo, estaba embarazada, aunque el miedo a que Diana pudiera hacernos algo, no se me pasaba, pero estaba segura de que entre los dos cuidaríamos a nuestro bebé de esa arpía.
-Voy a contárselo a los chicos-se separó de mí en busca de su móvil.
-Dani, son las cinco y media de la mañana-reí.
-Que se aguanten-se encogió de hombros.
Negué con la cabeza divertida y fui con él para coger mi móvil y comenzar a petarles a WhatsApps los móviles a los chicos sin importar que después quisieran matarnos.

sábado, 1 de marzo de 2014

Capítulo 9. Papel y Boli.

*Raquel*
Daba gusto ver que Ainhoa y Álvaro volvían a ser los de siempre, ya echaba de menos a mi amiga. David y yo llegamos a casa de mis padres, habíamos aprovechado que el hotel era en Málaga, para que cuando acabase el fin de semana, ir a cenar con mis padres, los de David, mi hermana, mi cuñado y mi sobrina, para hablar de una vez todos juntos sobre la boda. Todos parecíamos tener la fiebre de ''las bodas'' desde que Isa y Lau se casaron con Dani y Blas. Carlos y Clara se casarían en unos meses y David y yo igual. Y la fiebre de las ''mamis'' igual desde que mi hermana había tenido a Sara. ¿Era yo rara por no querer tener hijos aún?. A veces me lo parecía.
-¿Preparado?- le pregunté a David dándole la mano en el coche antes de bajarnos.
-Contigo a mi lado, desde luego que sí.
Nos dimos un beso y nos bajamos del coche, mi hermana y compañía aún no habían llegado, pero los padres de David sí, mis padres y ellos estaban de charla en el salón cuando entramos.
-¡Hola!- me saludó mi madre mientras se acercaba corriendo a darme un abrazo.
-Hola, mamá.
Mi madre le dio un abrazo a David, igual que su madre, y mi padre la mano, todos nos sentamos a hablar. Mi madre preparó café mientras esperábamos a mi cuñado, hermana y sobri.
-Ya verás como está Sara, ha crecido un montón, y ya habla un poco.- Le dije a mi madre.
-Uf, estoy deseando verla, no la veo ni a ella ni a sus padres desde que se casaron- dijo con un poco de pesar. 
-Han tenido bastante lío- dije- la peque se resfrió y los chicos han estado de gira y también hemos estado ayudando a Clara y Carlos con su boda.
-Bueno, pero una visita no habría hecho daño- dijo mi madre poniendo una mueca.
-Cuando se ha podido es cuando hemos venido- dije un poco exasperada.
-La cosa es que estáis aquí y que tu hermana llegará en un rato- se metió mi padre para que no comenzásemos una discusión.
-Sí.- Asentí yo.
Los padres de David no sabían que decir, se llevaron una impresión pésima la primera vez que se vieron, así que no estaban seguros de si era conveniente mencionar nada de los que se les pasaba por la cabeza. Pero el silencio incómodo fue interrumpido por un gritito de niña pequeña, mi sobrina.
-Oh, Sara ya está aquí.- Dije y mi madre me corrigió diciéndome que no solo era Sara la que había llegado.
Isa abrió con su llave de casa y pasó con Sara en brazos, la que venía chillándole algo a Blas.
-¡Hola!- gritó mi hermana al entrar y yo me levanté deprisa a abrazarla a ella, la peque y a Blas.
-¡Ita Raquel!- esta vez fue a mí a quién gritó la peque.
La cogí en brazos y me la llevé al salón mientras Blas e Isa se echaban un café, se sentaban y saludaban al resto.
-Oh, mira que eres bonita.- Le dijo mi madre, aunque a Isa aún no parecía hacerle mucha gracia que mi madre se acercara a la princesa, no le parecía bien que después de lo que dijo en la primera cena sobre el aborto, ahora le pareciese una niña preciosa, aunque ya prácticamente no le prestaba atención, al igual que yo, ambas lo habíamos pasado muy mal y había tenido que tragarme muchas cosas que pensaba, pero las cosas comenzaban a ir mejor.
-¡Alela!
-¿Por qué te estaba chillando?- le preguntó David a Blas.
-Una larga historia- dijo mi cuñado.
-Tenemos toda la noche.- Dije.
Mi cuñado nos contó como la pequeña había comenzado a insistir en ir a casa a por Chiqui y que ellos habían tenido que sacarle otro tema de conversación, como lo era el primito que iba a nacer de Clara y Carlos, y como no, mi sobri había comenzado a decir que quería, no sólo que ese bebé naciese ya, sino que todos tuviésemos un bebé. incluidos sus padres, a esto Blas le había dicho que se la iba a comer y la peque le había dicho que no, y él le había ''mordido'' en el brazo, y por eso había chillado.
-Bueno peque, tus titos Álvaro y Ainhoa van a darte otro primito pronto y tus padrinos seguro que también.
-¿Zi?
-¿Laura está embarazada tan pronto?- preguntó mi padre, ya que Laura había formado parte de esta familia desde siempre, para todos menos para mi madre, ella la veía como una amiga y solo eso.
-No, pero está buscando tener un bebé.- Dijo mi hermana.
-Es demasiado joven, pero que os voy a decir a vosotros.- Les dijo mi madre a Blas e Isa.
-Ellos se sienten preparados, tienen todo nuestro apoyo y seguro que serán unos padres excelentes, no veo por qué no pueden tener hijos a la edad que quieran, son ya mayorcitos para tomar sus decisiones.- Dijo mi hermana.
-Además que ya discutimos hace bastante el tema del bebé y quedamos de acuerdo en que no más discusión- dijo Blas dejándonos un poco sorprendidos a todos menos a mis padres y a Isa. ¿Cuando ha pasado esto?.
-Cierto, vallamos a cenar.- Dijo mi padre.
David me dio la mano y me dio un beso en la mejilla.
-Tengo miedo- me susurró.
-Yo estoy aterrada.
Los dos nos sonreímos y nos sentamos en la mesa mientras mi madre nos sacaba los platos y nos servía la comida, todo estaba muy bueno, eso era algo que se le daba realmente bien a mi madre, cocinar.
Al cabo de un rato, Sara empezó a llorar, pocas veces la había visto llorar, pero decía que se moría de hambre y mi hermana tuvo que darle de comer y cogerla en brazos.
-Sara, se me cansan los brazos, ¿y si te acuesto en el sofá?
-¡No!
-Anda dame a la peque.- Dijo Blas que estaba a mi lado.
La niña le pasó una de las manos  por el cuello, mientras con la otra agarraba a Isa  y cerró los ojos, esa peque adoraba a sus padres.
-Tita Raquel.- Me llamó con los ojos cerrados.
-Dime princesa.
-¿As a asarte?
-¿Asarme?- sonreí ante el intento de mi sobri de decir casarte.
-No.... Jo...
-Sí, con tito David.
-Ya ra hora.
Y sin decir más la peque se durmió, Blas intentó levantarse para llevarla a otro sitio pero cada vez que lo hacía, Sara hacía un pucherito y se quejaba.
-Cuando te canses puedo cogerla yo- le dijo David.
-Tranquilo, puedo con ella.- Dijo Blas.
-Bueno, pero un bebé cansa.- Le dije.
Y sin dejarle contestar cogí a la peque, que se agarró a mi cuello con fuerza y hundió su cabeza en mi pelo.
-David, la baba.- Le dijo Isa.
-¿Eh?
Los padres de David comenzaron a reír mientras yo intentaba no hacerlo por la pequeña.
David fue a cogerla y la pequeña hizo un gesto amargo, no quería soltarse.
-No, no le gustas- le dije y él me puso un puchero.
-Jo, Blas la coge y no llora, la coges tu y tampoco, pero claro, el tito David es el tito David.
Todos reímos de la cara de mosqueo que puso mi prometido.
-Me alegra saber que no has cambiado, cielo- dijo su madre.
-No te piques anda- le dijo mi padre.
-No se va contigo por el olor- dijo el padre de David y todos le miramos interrogantes.- A esa edad somos un poco inconscientes al resto de los sentidos, por ello el olfato aún nos sirve para reconocer a la familia, Sara no ha llorado con ellos porque son sus padres y con Raquel porque, bueno, dicen que las hermanas huelen igual.
Isa y yo nos miramos y nos sonreímos.
-Jo, eso me pasa por no tener hermanos- Dijo David.
-Pero que dices, tienes cuatro hermanos.- Le dijo Blas.- Y te queremos.
Después de un buen rato, Isa recuperó a su bebé y yo mis brazos, ya era el momento de decir lo que estábamos planeando David y yo.
-De acuerdo... Veréis- dije.
-Primero decir que, su hija es lo mejor, que me ha pasado, desde que la conocí, desde ese preciso instante en que la vi por primera vez, supe que iba a ser importante en mi vida, que todo iba a cambiar a partir de ese preciso momento, creo que hemos tomado la decisión correcta cuando, bueno, hace unas semanas le pedí que se casase conmigo, y ella me dijo que sí haciéndome así el hombre más feliz sobre la Tierra, y esa es la decisión que para nosotros es la correcta, casarnos para poder pasar el resto de nuestra vida juntos.- Mis ojos se llenaron de lágrimas.
Mi padre sonreía, al igual que los padres de David, mi madre tenía una mirada extraña, no era enfado, era más bien nostalgia, pero acabó sonriendo.
-Al menos una de mis hijas lo hará bien.
Isa suspiró y después me miró sonriente.
-Enhorabuena.- Me dijo sonriente.
-Lo haréis genial.
Todos nos fueron abrazando, hasta el final de la noche, en la que fue la hora de marcharnos al hotel, desde lo sucedido Isa no quería quedarse en casa a dormir, puede que algún día perdonase a mamá, pero no era hoy, y por ello, yo tampoco lo haría, Isa es mi hermana y como tal, debo protegerla.
Los padres de David se marcharon en su coche y yo me acerqué al coche de Isa y Blas que estaban metiendo a Sara en el porta-bebés.
-¿Cuando ha pasado eso?
-¿El qué?- preguntó mi hermana.
-Pues lo de la charla del bebé.
-Ah, pues hace unos meses, mamá vino a casa, vino a refregarme lo perfecta que había sido su vida y las buenas decisiones que había tomado y lo mala que era yo.
-¡Como la odio!- solté de golpe y David me miró extrañado, ya que acababa de alcanzarnos.
-La verdad es que no se como papá pudo casarse con ella.
-Pues, creo que algo la cambió, porque de peques no era así, bueno sigue contando.
-Bueno, había venido sola, papá se había quedado en Málaga y eso, ella había puesto la escusa de ver a su nieta, después de decirme todo eso, Blas no aguantó más y le soltó unas cuatro cosas.
-¿Qué le dijiste?- le preguntó David.
-Lo que se merecía.- Dijo mi hermana encogiéndose de hombros.
-Pero dinos.- Insistí.
-Que si tan perfecta era su vida por qué ponía tanto entusiasmo en intentar amargarnos la nuestra, que si tanto quería a su nieta por qué había deseado, bueno, lo que sabéis- a mi hermana y Blas se les hacía difícil hablar de no haber tenido a Sara- también le dije que si de verdad quería tanto a su hija como decía, como se atrevía a ir a su casa y hacerla sentirse así de mal siempre que se le antojaba, y algunas cosas más.
-¡Bien dicho!- le dije.
-Bueno y le dijo que si quería volver a ver a Sara que más le valía tener un poco de respeto por nosotros y por ella.- Dijo Isa.
-¡Wow!,. se quedaría pasmada, eso no se lo esperaría de ti- dijo David.
-Bueno, a ver lo que dura.
Los cuatro nos despedimos y nos marchamos al hotel.
Después de regresar a Madrid, Clara fue al ginecólogo, ya tenía las pruebas del embarazo, ya sabía lo que sería su bebé, ahora nos faltaba saberlo a nosotros, habíamos quedado por la tarde en casa de ellos para que nos lo dijesen.
-Bueno, pase lo que pase, que sepas que te quiero.- Me dijo David.
-Sabes que vas a perder ¿verdad?
-Para nada, es que como voy a ganar, es para que no te piques.
-Oh, por favor, la voz de Clara lo decía todo, he ganado, es una niña.
-Yo no estaría tan segura aún.- Dijo mientras se acercaba a mí y me besaba.
-Oye, que nos tenemos que ir.
-¿Y que más da que lleguemos un poco tarde?- dijo sonriente.
-Tu eres muy pillo.
David me abrazó por la cintura y comenzó a besarme el cuello.
-Y además es que te amo.
-Yo también te amo.
-No creo que tanto como yo a ti.- Dijo entre beso y beso.
-David, cariño, ¿acaso crees que me amas más que yo a ti?
-No lo creo, lo se.
Solté una pequeña carcajada burlona y le besé, pero el teléfono nos interrumpió. Era Ainhoa, decía que ya deberíamos estar en el piso y que Clara está insoportable.
A David y a mi no nos quedó más remedio que ir y dejar nuestra competición para más adelante.
Al llegar nos encontramos a una agitada Clara que discutía con Dani sobre lo fuerte que podía llegar a pegarle a Carlos, a Chiqui dando saltos, a Álvaro con Ainhoa dándose mimos en el sofá (cómo había echado de menos verles juntos), a Isa poniéndole un pañuelo húmedo a Carlos en la cara y a Blas y Lau jugando con Sara.
-Vale, esto es un caos sin nosotros.- Dije y todos nos miraron.
Nos sentamos y nos sacamos una coca-cola y un zumo de piña.
Todos comenzamos a hablar y entonces Clara levantó la mano.
-¡Antes de decir nada!, quiero preguntaros algo, esto me gusta, las apuestan molan, y la verdad es que se están convirtiendo en costumbre, ¿y si las seguimos haciendo?
-Me parece una idea genial- dijo Lau.
-Cada vez que una de vosotras se quede embarazada, hacemos la apuesta- dijo Isa.
-¿No vais a tener más hijos?- le preguntó David y Blas se giró hacia Isa con los ojos muy abiertos.
-No creo, con Sara ya hemos tenido suficiente- dijo y mi cuñado puso una mueca.
-Ya veremos.- Dijo él.
-Bueno, a nosotros nos gusta la idea.- Dijo Ainhoa.
-Es una muy buena idea.
-Bien, pues como Ainhoa está embarazada, comencemos- dijo Carlos sacando otro papel y un boli.- La costumbre es que empiecen los padres, así que vosotros diréis.
-Yo creo que será niña- dijo Ainhoa.
-Yo creo que será niña también.- Dijo Álvaro.
-¡Oh!, una pareja que se pone de acuerdo.- Exclamó Isa y ellos se sonrojaron.
-¿David?
-Yo creo que será niña, pero por el bien de la humanidad espero, y confío que sea como su madre entera.- Álvaro le dio un golpe en el brazo.
-¿Raquel?
-Yo creo que será un niño, y que tendrá los ojos verdes y que será muy guapo y que su madre le pondrá las canciones de Pablo Alborán- dijo diciendo muy alto lo de Pablo.
-¿Lau?
-Yo digo que será niño, y estoy de acuerdo con lo de las canciones de Pablo.
-¿Dani?
-Que sea niña, pero, por supuesto que se parezca completamente a su madre.
-¿Isa?
-Niño, y que Ainhoa le cante y le ponga las canciones de Pablo.
-¿Qué os pasa con Pablo?- preguntó Blas mientras le pasaba los brazos por la cintura a su mujer.
-Nada, cariño.
-¿Blas?
-Yo digo que será niño, esta vez estaré de acuerdo con Isa.- Esta se giró hacia él y le besó.
-Ese es mi chico- y le chocó la mano.
-¿Clara?
-Um, creo que chico, y ponle a Pablo que me gusta.
-¿Sara? ¿Tú que dices?
-¡iño!
-Pues como sólo quedo yo, pues, una niña.
-Chicos, y si nos empezamos a apostar otras cosas, como que los perdedores nos tienen que limpiar la casa un mes o nos inviten a los ganadores al cine o algo así.- Dijo David.
-¡Me gusta esa idea!- soltó Clara.
-¿Qué os parece si, por ejemplo los que pierdan esta apuesta deben invitar a los que ganen al cine?- dije.
- ¡Acepto.- Dijeron todos a unisono.
Carlos lo apuntó para el embarazo de Ainhoa y miró a Lau.
-Cuando te quedes embarazada avisa.
Lau se puso muy roja y Dani le dio un pellizco en la mejilla, cosa que la picó y comenzaron a picarse mutuamente.
-Clara, ¿quién ha ganado?- pregunté.
-Pues... Para mi desgracia... Él...
-¡Sí!- gritaron David, Dani, Isa Y Álvaro.
Era un niño.